jueves, 24 de septiembre de 2020

Santa curiosidad - 24 de septiembre de 2020 Jueves de la vigésimo quinta semana del tiempo ordinario

 


Pero Herodes dijo: “A Juan lo decapité. ¿Quién, pues, es éste de quien oigo tales cosas? Y siguió intentando verlo. Lucas 9: 9

Herodes nos enseña tanto algunas malas cualidades como algunas buenas. Los malos son bastante obvios. Herodes estaba viviendo una vida muy pecaminosa y, finalmente, su vida desordenada lo llevó a decapitar a San Juan Bautista. Pero la Escritura anterior revela una cualidad interesante que debemos tratar de imitar.

Herodes estaba interesado en Jesús. “Seguía intentando verlo”, dice la Escritura. Aunque esto no llevó finalmente a que Herodes aceptara el mensaje original de Juan el Bautista y se arrepintiera, fue al menos un primer paso.

A falta de una mejor terminología, tal vez podamos llamar a este deseo de Herodes una "santa curiosidad". Sabía que había algo único en Jesús y quería entenderlo. Quería saber quién era Jesús y estaba intrigado por su mensaje.

Aunque todos estamos llamados a ir mucho más lejos que Herodes en la búsqueda de la verdad, aún podemos reconocer que Herodes es una buena representación de muchos dentro de nuestra sociedad. Muchos están intrigados por el Evangelio y todo lo que presenta nuestra fe. Escuchan con curiosidad lo que dice el Papa y cómo reacciona la Iglesia ante las injusticias en el mundo. Además, la sociedad en su conjunto a menudo nos condena y critica a nosotros y a nuestra fe. Pero esto todavía revela un signo de su interés y deseo de escuchar lo que Dios tiene que decir, especialmente a través de nuestra Iglesia.

Reflexione hoy sobre dos cosas. Primero, reflexione sobre su propio deseo de saber más. Y cuando descubra este deseo, no se detenga allí. Permítele que te acerque al mensaje de nuestro Señor. En segundo lugar, esté atento a la “santa curiosidad” de quienes le rodean. Quizás un vecino, familiar o compañero de trabajo ha mostrado interés en lo que su fe y lo que nuestra Iglesia tiene que decir. Cuando vea eso, ore por ellos y pídale a Dios que lo use como lo hizo con el Bautista para llevar Su mensaje a todos los que lo buscan.

Señor, ayúdame a buscarte en todo y en todo momento. Cuando la oscuridad se acerque, ayúdame a descubrir la luz que has revelado. Entonces ayúdame a llevar esa luz a un mundo muy necesitado. Jesús, en Ti confío.

 

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