"Y en cuanto a los que no te reciben, cuando salgas de esa ciudad, sacúdete el polvo de los pies en testimonio contra ellos". Lucas 9: 5 |
Esta es una declaración audaz de Jesús. También es una declaración que debería animarnos ante la oposición. |
Jesús acababa de decirle a sus discípulos que fueran de pueblo en pueblo predicando el Evangelio. Les indicó que no llevaran comida o ropa extra durante el viaje, sino que confiaran en la generosidad de aquellos a quienes predicaban. Y reconoció que algunos no los aceptarán. En cuanto a aquellos que de hecho los rechazan a ellos ya su mensaje, deben “sacudirse el polvo” de sus pies al salir de la ciudad. |
¿Qué significa esto? Especialmente nos dice dos cosas. Primero, cuando nos rechazan puede doler. Como resultado, es fácil para nosotros enfurruñarnos y enfurruñarnos por el rechazo y el dolor. Es fácil sentarse y enojarse y, como resultado, permitir que el rechazo nos haga aún más daño. |
Sacudir el polvo de nuestros pies es una forma de decir que no debemos permitir que el dolor que recibimos nos afecte. Es una forma de hacer una declaración clara de que no seremos controlados por las opiniones y la malicia de los demás. Esta es una decisión importante que debe tomar en la vida cuando se enfrenta al rechazo. |
En segundo lugar, es una forma de decir que debemos seguir adelante. No solo tenemos que superar cualquier dolor que tengamos, sino que debemos seguir adelante para buscar a aquellos que recibirán nuestro amor y nuestro mensaje del Evangelio. Entonces, en cierto sentido, esta exhortación de Jesús no se trata primero de lidiar con el rechazo de los demás; más bien, se trata principalmente de buscar a aquellos que nos recibirán y recibirán el mensaje del Evangelio que estamos llamados a dar. |
Reflexione hoy sobre cualquier herida que todavía tenga en su corazón debido al rechazo de los demás. Trate de dejarlo ir y sepa que Dios lo está llamando a buscar a otros en amor para que pueda compartir el amor de Cristo con ellos. |
Señor, cuando experimente el rechazo y el dolor, ayúdame a soltar cualquier enojo que tenga. Ayúdame a continuar con mi misión de amor y a seguir compartiendo Tu Evangelio con quienes lo recibirán. Jesús, en Ti confío. |
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