A propósito de hoy…
CÁMBIAME, SEÑOR
Para que, mi rostro al igual que el tuyo
sea irradiación del Dios que vive en mí y tanto quiero
Y, descubriéndolo como mi todo y mi vida
hable de tal manera con El
que, en el monte de mi existencia,
pueda exclamar:
¡QUÉ BIEN SE ESTÁ AQUÍ!
CÁMBIAME, SEÑOR
Y, sintiéndome tocado por tu gracia
no acalle ni limite la voz que pregone tu poder
la voz que cante tus hazañas
la voz que alabe tu santidad y tu grandeza
CÁMBIAME, SEÑOR
Que cuando la prueba me asalte en el camino
sepa que, tu presencia, me acompaña
me guía, me consuela y me empuja a seguir adelante
Que, cuando mire al cielo, como Tú miraste
crea, escuche y me embargue
la presencia de un Dios que se fía de mí
que confía en mí y que tanto espera de mí.
CÁMBIAME, SEÑOR
Siendo testigo de tu reino
de que, otro mundo, todavía es posible
Porque, Tú Jesús, eres el enviado
el Ungido, el preferido, el amado
Aquel que es capaz, por su obediencia,
de cambiar a toda la humanidad.
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