sábado, 30 de noviembre de 2019

El ayuno y el corazón

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EL AYUNO Y EL CORAZÓN

Madre Adela Galindo, SCTJM
Fundadora
© Solo para uso privado


El mensaje de arrepentimiento y conversión va siempre y primariamente dirigido a nuestros corazones: "Desgarrad vuestros corazones, no vuestros vestidos" nos dice el profeta Joel 2,12-18. Este es el pasaje de las Escrituras que escuchamos en la primera lectura del miércoles de ceniza.

"Como vemos en los profetas, la llamada de Jesús a la conversión y a la penitencia no mira, en primer lugar, a las obras exteriores "el saco y la ceniza", los ayunos y las mortificaciones, sino a la conversión del corazón, la penitencia interior. Sin ella, las obras de penitencia permanecen estériles y engañosas; por el contrario, la conversión interior impulsa a la expresión de esta actitud por medio de signos visibles, gestos y obras de penitencia" (Catecismo #1430)

La conversión es el cambio de corazón. Si este cambio es auténtico, debe manifestarse en todas las áreas de nuestra vida, ya que el corazón mueve nuestras decisiones, acciones, sentimientos y disposiciones. El corazón es la sede interior de la persona humana. Toda realidad interior debe necesariamente manifestarse en el exterior. Dios reveló su amor por nosotros enviando a su único Hijo en el misterio de la Encarnación. "La Palabra se hizo carne". Así, debe ser en nuestras vidas: la conversión debe tener una expresión concreta y encarnada en cada área de nuestra vida. La conversión no es solamente decir Señor, Señor.. sino decir que toda mi vida, mi mente, mi corazón, mis talentos, mis dones, mis capacidades; mi cuerpo le pertenece al Señor y es para su gloria. La conversión sincera es cambiar los intereses de mi corazón, ya no es vivir para mi propio placer, pues es contrario al evangelio: "el que quiera seguirme, que se niegue a si mismo"

Somos creados con alma y cuerpo. La necesaria purificación interior para la conversión de nuestros corazones es también necesaria en nuestro cuerpo, sentidos, pensamientos, acciones y hábitos. La penitencia interior, ese rasgar el corazón, también tiene que tener expresiones externas y así llevarnos a un crecimiento de la gracia en todo nuestro ser. Todo debe estar integrado y ordenado por la gracia con nuestra cooperación en la oración y la penitencia.

La Iglesia nos enseña que hay tres expresiones tradicionales de penitencia. Esta son el ayuno, la oración y la limosna. Las tres son mencionadas por Jesús en el Evangelio de San Mateo 6,1-6 y 16-18; precisamente en el Evangelio del miércoles de ceniza. El ayuno, la oración y limosna nos recuerdan que la conversión incluye todos los aspectos de la vida: "expresan conversión con relación a uno mismo, con relación a Dios y con relación a los demás." (Catecismo #1434)

En esta enseñanza quiero específicamete dedicarme al ayuno, tan necesario para crecer en el dominio propio, en la moderación de nuestros apetitos y en abrirnos cada vez a las realidades espirituales y al alimento eterno.

¿Que es el ayuno?

Es la práctica de limitar el consumo de comida y bebida para imitar los sufrimientos de Cristo durante su pasión y a través de toda su vida terrena. El ayuno nos recuerda que la conversión afecta y debe afectar todas las áreas de nuestra vida.


El ayuno como parte de la tradición judía

Levítico 16,29-30 -El Señor ordena un día de ayuno como expiación y purificación: "ayunareis..porque en ese día se hará expiación por vosotros para purificaros"

Joel 2,12 -como signo de arrepentimiento: "volved a mi de todo corazón, con ayuno, con llanto, con lamentos"

Éxodo 34,28  –como preparación para las manifestaciones Moisés está en el Monte Sinaí cuarenta días y cuarenta noches, si comer pan, ni beber agua, y escribió las nuevas tablas de la ley.

Deuteronomio 10,10 -poder de intercesión ("en cuanto a mi, me estuve en el Monte, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches, en ayuno. También esta vez me escucho Yahveh y renuncio a destruirte")

Jonás 3,7 -ante el anuncio de la futura destrucción de Nínive, el pueblo hace ayuno y penitencia.

Salmo 35,13 -ante la persecución injusta- David, ayuna y hace penitencia.

Salmo 109,24 -para lograr el auxilio del Señor -ayuna hasta debilitarse las rodillas.

Judit 4,9-15 -Ante la amenaza de Nabucodonosor, los Israelitas ofrecen alabanzas, intercesión, penitencia y ayuno. El Señor oyó sus voces y vio su angustia.

Para evitar la agresión. Ester 4,16 -Ester dice a Mardoqueo: "vete a reunir a todos los judíos que hay en Susa y ayunad por mi. No comáis ni bebáis durante tres días y tres noches. También yo y mis siervas ayunaremos. Y así, a pesar de la ley, me presentare ante el rey; y si tengo que morir, moriré". (Ester va a ir ante el rey a defender a su pueblo que estaba condenado a morir. Va a desenmascarar al enemigo. Pareciera la petición de la Virgen en Fátima, se aparece con una estrella en su vestido. Ester: estrella)


El Ayuno en el Nuevo Testamento:

Con insistencia. Lucas 2, 37: "(Ana) no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios con ayuno y oraciones"

Preparación para imponer manos. Hechos 13,3 --"la comunidad después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron" (a Pablo y Bernabé en misión)

Para encomendar alguien al Señor. Hechos 14,23 --"designaron presbíteros en cada iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor"

Para completar las tribulaciones de Cristo. Col 3,3 --"me alegro de los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia"

Para ser vencedores. 1 Cor 9,25 "los atletas se privan de todo y eso por una corona corruptible, nosotros, en cambio, por una incorruptible."

Para vencer la carne Gal 5,17 "pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu y el espíritu contrarias a la carne, como entre si antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais"
El ejemplo de Jesús
Para vencer el demonio. Marcos 9,29  -"esta clase de demonio solo puede ser expulsado por la oración y el ayuno"
Mateo 4 y Lucas 4: Nos revelan a Jesús en el desierto orando y sin comer ni beber nada por cuarenta días.
las tentaciones en el desierto:

En Mateo 4 encontramos muchas enseñanzas necesarias para la vida espiritual. Me voy a concentrar en las que creo apoyan la importancia del ayuno.

Jesús recibe el Bautismo, el Espíritu Santo desciende sobre el, y se oye una voz, que dice "este es mi Hijo amado". (Toda una experiencia bella y muy espiritual) Inmediatamente ese mismo Espíritu lo lleva al desierto (lugar solo, árido, peligroso, sin provisiones de ninguna clase), a ser tentado por el demonio. El desierto es necesario para que el Señor pueda hacer grandes cosas en nosotros, El siempre se ha revelado a su pueblo de manera extraordinaria durante el desierto y también siempre ha preparado a su pueblo para la misión durante el desierto.. Pero, precisamente por esto, también el demonio, allí, libra una gran batalla, para obstaculizar lo que Dios quiere hacer.

Jesús, se prepara para esta batalla, con oración y ayuno de cuarenta días y noches. ¿Como no prepararnos nosotros para la batalla que se libra en nuestras vidas y en el mundo contemporáneo?. Nos preparamos con oración y ayuno.? Cuando mas tentados nos sintamos, mas debemos de orar y ayunar.

Los Israelitas son liberados de Egipto y llevados por el desierto hacia la tierra prometida. Al poco tiempo de haber sido sacados de Egipto y de caminar por el desierto, se les iban agotando las fuerzas. Entonces se rebelaron contra Moisés. Tenían hambre y sed y exigían que les proveyera. El Señor hace el milagro del maná y de hacer brotar agua de la piedra.

Jesús ayuna, y con su ayuno, repara por las quejas y las injurias que los israelitas hicieron al Señor en el desierto.

Primera Tentación: Jesús siente hambre (una realidad humana) y allí se aprovecha el demonio para lanzar su primera tentación y seducción: "Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan en panes". Jesús le responde: "no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Deut 8,3)

El demonio no pudo lograr hacer caer a Jesús, a pesar que El tenia hambre, porque a través del ayuno, el había puesto en segundo lugar la necesidad de satisfacer el hambre, o la gratificación física inmediata. A través del ayuno, vamos dominando esta área, y cuando la tentación viene a nosotros, ya podremos resistirla.

"No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". Jesús responde, citando Deut 8. Esta es una característica de Cristo, siempre mostrarnos que el cumplir la voluntad del Padre da mas vida, que tomar alimento. Esta respuesta de Cristo, nos revela lo que fueron esos 40 días: no hubo pan, ni agua, pero si profunda comunicación con su Padre. Esto es mas importante que nada. No buscar nunca nuestro alimento fuera de la voluntad de Dios. (apetitos: cuerpo, emociones, sexuales, mentales, de ego, de fama, de reconocimiento, etc)

Segunda tentación (porque siente hambre): "le pone sobre el alero del templo, y le dice: Si eres hijo de Dios, tírate abajo, porque esta escrito: a sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna". Jesús le dice: "también esta escrito, no tentaras al Señor tu Dios" (Deut 6,16)

El demonio esta tentando a Jesús para que desafíe la protección del Padre y tome control fuera de la obediencia a Dios. Era la tentación de la satisfacción personal, que los ángeles le sirvan, le protejan y no le pase nada.

Jesús, es tentado en esta área después de ayunar, ¿es que acaso el ayuno tiene también el poder de liberarnos de nuestro ego? ¿de nuestro deseo de ser servidos, honrados?

Tercera Tentación (porque siente hambre): "lo lleva a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: todo esto te daré si postrándote ante mi me adoras". Jesús responde: apártate de mi Satanás, porque esta escrito: al Señor tu Dios adoraras y solo a El darás culto". (Det 6:13)

El demonio le tienta con alcanzar poder y fama terrenos, ¿será que el ayuno, nos libera de estos deseos? ,¿será que al experimentar nuestra debilidad, vacío, necesidad, en el ayuno, nos reconocemos criaturas, dependientes de Dios, y así nos liberamos de la gran tentación de adorar a falsos dioses (incluyéndonos nosotros mismos)

Las tres tentaciones del desierto fueron dirigidas hacia el placer, poder y fama. Las tres fueron presentadas durante 40 días de oración y ayuno. Las tres fueron vencidas con las virtudes contrarias: negación, sumisión total al Señor y su Palabra, humildad. Tres virtudes que son frutos del ayuno.

El A.T. nos revela el poder del ayuno sobre los enemigos exteriores, el N.T., nos revela además, el poder que tiene para vencer los enemigos del alma: carne, demonio y mundo.

Frutos del ayuno:

No es un fin en si mismo, sino medio de conversión.

-conduce a libertad de corazón y mente. Proceso por el cual nos liberamos de todos los apegos terrenales y de todas las cosas que nos atan: caprichos, gustos, excesivo auto cuidado. Y nos encaminamos hacia la Paz.
-fortalece, estabiliza y desarrolla el auto control (fruto del ES)
-reconocer debilidad y dependencia en Dios.
-pobreza de espíritu
-edifica la vida interior
-elimina los excesos de nuestra vida a fin de hacer mas espacio para Dios.

El ayuno permite llevar mas fácilmente una vida interior unida a Dios y al mundo celestial; el ayuno libera de la pesantez de la materia. Los santos recomiendan el ayuno a todo aquel que quiere llegar a una mayor interioridad. El ayuno apaga poco a poco la concupiscencia.

El ayuno y la Palabra de Dios.

Mateo 4 "No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"

Juan 4,32: "Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra"

El día de ayuno, debe ser un día de profunda oración, meditación de las Escrituras y del magisterio de la Iglesia. Alimentar nuestras mentes encontrando en la verdad nuestro alimento, nuestra satisfacción. Permitirle a nuestras almas que sean llenadas de la Palabra que es vida, que nos libera, que nos eleva y nos enseña a pensar, sentir y obrar según la voluntad de Dios. En los días de ayuno, por alguna razón, he descubierto que es mas fácil penetrar las Escrituras, escudriñarlas y captar el mensaje mas profundo, que se esconde detrás de las palabras.. Damos prioridad al alma.

El ayuno y la Eucaristía

Juan 6, 27: "Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre".

-vacío terreno y alimento verdadero. El vacío físico que se experimenta en el ayuno nos ayuda a darnos cuenta de nuestro vacío interior y nuestra necesidad de las realidades espirituales.

El día de ayuno, debe ser eminentemente un día Eucarístico: adoración, reparación, etc.

¿A pan y agua?

Pan es comida de pobre. La disposición de vivir a pan y agua durante un día demuestra la buena voluntad de ser pobre ante Dios y bien dispuesto a su voluntad.

Pan y agua: dos símbolos importantes en las Escrituras:

Pan: símbolo de vida, de nutrición (Pan, alimento - Eucaristía)
Agua: purificación (de su corazón traspasado fluye el agua, símbolo del bautismo)

Para dar al pueblo pan y agua mientras caminaban en el desierto el Señor hizo milagros.

El ayuno busca la verdadera vida a través de la purificación. Ayunar a pan y agua es un llamado a crecer en dependencia de la Eucaristía. Es también un llamado a adentrarnos en una vida de purificación, de conversión, de arrancar de nosotros todo lo que nos separa del Señor o no nos deja ser sus hijos adoptivos, ni su imagen y semejanza.

Juan 6,34: "yo soy el pan de vida, el que venga a mi no tendrá hambre, y el que crea en mi no tendrá nunca sed"
Hemos oído a la Virgen de manera particular llamarnos al ayuno:

-El ayuno tiene el poder de prevenir guerras y catástrofes naturales (Fátima)

En Medjugorie:
-"Practicad el ayuno, porque con el ayuno obtendréis que se realice completamente el plan que Dios tiene. Con esto me daréis una gran alegría"

"les invito a la oración y al ayuno. Con vuestra ayuda puedo hacerlo todo y obligar a Satanás a dejar de instigar a las almas."

"Orad y ayunad, sólo así podréis conocer todo el mal que hay en vosotros y ofrecerlo al Señor, a fin de que pueda purificar vuestros corazones de todo".

S.S. Juan Pablo II sobre la necesidad de ayunar para aplacar el "espíritu de muerte y la cultura de la muerte".

Evangelium Vitae  #100: "es urgente...que desde cada comunidad, cada familia, cada individuo se eleve una súplica apasionada a Dios. Jesús mismo nos reveló con su ejemplo que la oración y el ayuno son las armas principales y mas eficaces contra las fuerzas del mal y ha enseñado a sus discípulos que algunos demonios sólo se expulsan de este modo. Por lo tanto, tengamos la humildad y la valentía de orar y ayunar para conseguir que la fuerza que viene de lo alto haga caer los muros del engaño y de la mentira, que esconden a los ojos de tantos la naturaleza perversa de comportamientos y de leyes hostiles a la vida, y abra sus corazones a propósitos e intenciones inspirados en la civilización de la vida y del amor."

El ayuno aplaca la gula

Con el ayuno estamos aprendiendo a dominarnos a nosotros mismos y sobretodo a liberarnos del pecado de gula, que no solo se manifiesta en la glotonería, sino en formas mas refinadas y mas espirituales.

1-gula intelectual: gula en el terreno de conocimientos (curiosidad), de la ciencia. Esta es muy peligrosa pues el pecado primero de Eva fue la curiosidad. De ahí se deriva el ocultismo, los psíquicos, los astrólogos, leer cartas...etc. Querer saber el futuro.

2-gula espiritual: busca los sentimientos que provocan lecturas piadosas, el placer sensible. No perderse ninguna experiencia espiritual.

3-gula de placer, de honor, de fama: se hace lo que sea por sobresalir, por ser reconocidos, etc.

Ayunar no solo de comida

San Juan Crisóstomo:
El valor del ayuno consiste no solo en evitar ciertas comidas, pero en renunciar a todas las actitudes, pensamientos y deseos pecaminosos. Quien limita el ayuno simplemente a la comida, esta minimizando el gran valor que el ayuno posee. Si tu ayunas, que lo prueben tus obras! Si ves a un hermano en necesidad, ten compasión de el. Si ves a un hermano siendo reconocido, no tengas envidia. Para que el ayuno sea verdadero no puede serlo solo de la boca, sino que se debe ayunar de los ojos, los oídos, los pies, las manos, y de todo el cuerpo, de todo lo interior y exterior.

Ayunas con tus manos al mantenerlas puras en servicio desinteresado a los demás. Ayunas con tus pies al no ser tan lenta en el amor y el servicio. Ayunas con tus ojos al no ver cosas impuras, o al no fijarme en los demás para criticarlos. Ayuna de todo lo que pone en peligro tu alma y tu santidad. Seria inútil privar mi cuerpo de comida, pero alimentar mi corazón con basura, con impureza, con egoísmo, con competencias, con comodidades.

Ayunas de comida, pero te permites escuchar cosas vanas y mundanas. También debes ayunar con tus oídos. Debes ayunar de escuchar cosas que se hablan de tus hermanos, mentiras que se dicen de otros, especialmente chismes, rumores o palabras frías y dañinas contra otros.

Además de ayunar con tu boca, debes de ayunar de no decir nada que haga mal a otro. Pues ¿de que te sirve no comer carne, si devoras a tu hermano?

¿Que nos dice San Juan Crisóstomo con esta reflexión?

Que los días de ayuno deben de ser especialmente días de abstenernos del uso desordenado o incluso exagerado de los otros sentidos: No fijarme en lo que no debo, no hablar lo que no debo, no oír lo que no debo, no desear lo que no debo, no buscar satisfacer todas mis necesidades emocionales, espirituales; no buscar saciar mi soledad, buscando inmediatamente compañía; no querer saberlo todo; no requerir respuestas inmediatas a todo lo que se me ocurre en la mente, etc.

Ayunamos buscando conversión. Por lo tanto, ayunemos de todas esas actitudes contrarias a la virtud. Quizás tu ayuno va a consistir de ser mas servicial, (ayuna de tu pereza, comodidad), pues así como la Virgen nos pide que recemos con el corazón, debemos de ayunar con el corazón. Puede ser que tengamos que ayunar de nuestra ira, siendo los días de ayuno, mas amables, mas dulces, mas dóciles. Quizás tengo que ayunar de la soberbia, buscando activamente ser humillada, o hacer actos concretos de humildad, etc.

Ayuno y pureza corporal

Escuchemos al Cardenal Ratzinger:
Ayunar significa aceptar un aspecto esencial de la vida cristiana. Es necesario descubrir de nuevo el aspecto corporal de la fe: la abstención de la comida es uno de estos aspectos. Sexualidad y alimentación son los elementos centrales de la dimensión física del hombre: hoy, a una menos comprensión de la virginidad corresponde una menor comprensión del ayuno. Y una y otra falta de comprensión proceden de una misma raíz: el actual obscurecimiento de la tensión escatológica, es decir, de la tensión de la fe cristiana hacia la vida eterna. Ser vírgenes y saber practicar periódicamente el ayuno es atestiguar que la vida eterna nos espera; mas aun, que ya está entre nosotros. Sin virginidad y sin ayuno, la Iglesia no es ya Iglesia; se hace intrascendente, sumergiéndose en la historia.
Hoy mas que nunca, la penitencia, mortificación es necesaria para expiar por nuestros pecados y reparar por los del mundo entero. A través de los siglos, la humanidad siempre ha sido pecadora, pero lo reconocía y hacia penitencia por ello. Hoy no es así, se vive en pecado, no se le llama pecado sino que al contrario se vive orgulloso de ello. Se están rechazando todos los principios morales y éticos, y por ello la humanidad ha perdido la libertad interior y ha llegado a ser víctima del peor tirano: el propio "yo" y el demonio.

El ayuno como acto común y público de la Iglesia, me parece hoy tan necesario como en tiempos pasados; es un testimonio público tanto de la primacía de Dios y de los valores del espíritu como de nuestra solidaridad con todos aquellos que padecen hambre. Si no ayunamos no conseguimos librarnos de ciertos demonios de nuestro tiempo"
-Card. Ratzinger

Por eso el catecismo de la Iglesia, #2015, nos dice: "El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual (2Tim 4). El progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las bienaventuranzas."

Ayuno y Caridad
El ayuno no puede separarse de la caridad fraterna. Si un cristiano se priva de algo es para darlo a sus hermanos y dar testimonio con ello de su amor a Dios.

Pío XII (1950): "lo que sustraiga a la vanidad, el cristiano lo dará a la caridad y subvendrá misericordiosamente a la Iglesia de los pobres. Así lo hacían los fieles de la Iglesia primitiva: alimentaban las fuentes de la caridad con el ayuno y abstinencia de las cosas permitidas".

San Agustín: "tus privaciones serán fecundas si muestras largueza con otro". Las privaciones son cristianas si nos hacen crecer en santidad, en caridad y generosidad.
En las primeras comunidades cristianas cuando había un pobre entre ellos ayunaban durante dos o tres días y acostumbraban a enviarle los alimentos que tenían preparados para ellos. Podemos apreciar por que la Iglesia primitiva observaba dos días de ayuno a la semana: miércoles y viernes.



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