jueves, 30 de agosto de 2018

FRANCISCO, HOMBRE DE FE



FRANCISCO, HOMBRE DE FE 
por Gilbert Forel, ofmcap

El festival es conmovedor, movimiento, vida: la vida que se desarrolla se profundiza al filo de las experiencias, de los reflejos y la evolución que estas experiencias provocan. Francisco frió a las lecciones de la vida, que se fortaleció en leer e interpretar a la luz del Evangelio. Si copiaba tiene Cristo, era para impregnarse de su espíritu. En esta lectura de los signos de Dios, el enemigo era incesantemente más profundo; En el pasado, el anterior debía ser asumido en el plano de la vida concreta con una fidelidad nueva. Rechazar este movimiento, este progreso, es rechazar la fe. El progreso o desaparece; No es estática, jamás es el objeto inerte de una posesión definitiva o de una comprensión inmediata.

El movimiento, el encuentro de una persona, es decir, de un misterio que es necesario penetrar sin descanso. Si es el final de este misterio, no habría ninguna vida, tanto en Dios como en el hombre. Si Dios estuviera al alcance del hombre, ya no sería todo lo que Jesucristo nos había revelado, ya no sería inalcanzable. Cuando se produce la presencia de Dios en un acontecimiento, El está en el siguiente tema donde esperamos para revelársenos a poco más, aunque no totalmente.


Hemos viajado desde el milenio hasta las experiencias de la vida del Credo, nuestro devuelven y la tribuna de una Persona viva. Las vistas de la ciudad y de la ciudad son sus signos actuales de la presencia y las intenciones de Dios. Pero estos signos no son legibles si no es por su referencia al Evangelio.

Encuentro con una Persona presente en el mundo, la ciudad evoluciona constantemente, constituyó una marcha ininterrumpida en presencia de esta Persona. Detenerse será necesariamente alejarse de Dios y del mundo.

El Señor se hizo entender a los discípulos el mañana de Pascua: ellos creían muerto allí enterrado en la tumba, El los citó en Galilea (Mt 28,9). Para encontrarlo, pues, debe ponerse de nuevo en marzo. Del mismo modo, Dados al joven de Espoleto: "Vuelve a la tierra que vio nacer". Francisco entendió, como Abraham, padre de la fe, a quien Dios ordenó también irse, que será un nómada, " peregrino y extranjero en este mundo"". Mientras la generación no tiene el conocimiento completo de Dios y de su Diseño de Salvamento, tendrá el creyente proyectado hacia adelante, tiene la búsqueda de un nuevo descubrimiento. Ella ya en su Corazón Una tensión e insatisfacción Profundas que se impulsaron Francisco DESEAR EL Martirio (LM 9) y, en su Defecto, tiene compartir en su propio Cuerpo Los Sufrimientos de la Pasión. A través de este signo de identificación, sus lasagas, pudo el, incluyen aún más la profundidad del Amor de su Señor (LM 13). El deseo del "cara a cara", el término normal del lo in lo invisible, el lleva ha celebrar " nuestra hermana la muerte " como " la puerta de la vida " (2 Cel 217).

Francisco fue caballero mucho más allá de sus sueños de juventud. Su fue de un hombre totalmente bajo el dominio de Dios. Ante cada interrogante de la vida, ante cada viraje hacia lo desconocido, Francisco, como San Juan de la Cruz, había habido respuesta: "Al amor que se planteó, no los preguntos dónde va".

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