miércoles, 29 de agosto de 2018

El tesoro que hay en ti




Santo Evangelio según San Mateo 13, 44-46. Festividad de Santa Rosa de Lima.


Por: H. Rogelio Suárez, L.C. | Fuente: missionkits.org 


En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, creo, confío y te amo sobre todas las cosas. Ilumina mi oración para saber darte el lugar que debes tener en mi vida.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)



Del santo Evangelio según san Mateo 13, 44-46

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.

El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio


Cristo es la única perla preciosa y el único tesoro que cuando se encuentra, todo lo demás pierde su valor. Todos son capaces de vender sus cosas con tal de tomar el tesoro o la perla preciosa. Cristo es aquello tan valioso que todo lo demás se estima como basura.

Cada uno de nosotros tenemos el tesoro o la perla que es Cristo, pero debemos encontrarlo en el campo de nuestra vida. Encontrarlo independientemente del tipo de campo que tengamos. No importa cómo es el campo, si está bien cuidado, arreglado, limpio; o si está seco, con espinas, con basura, etc.

En nuestra vida está el tesoro que debemos encontrar para ser felices pero para eso debemos conseguir tres cosas: la primera es la constancia, para nunca cansarnos ni desanimarnos, pues el camino es duro y no podemos solos.

En segundo lugar, el silencio es necesario para poder escuchar cuando Dios llama. No huyamos del silencio, no busquemos acallar la voz de Cristo.

Y, en tercer lugar, la humildad, para aceptar que en mi pobre campo se encuentra escondido un gran tesoro. Seamos humildes al aceptar a Cristo en nuestras vidas, vayamos y vendamos todo con tal de ganar a Cristo en nuestras vidas.

La valoración del valor inestimable del tesoro, lleva a una decisión que implica también sacrificio, desapegos y renuncias. Cuando el tesoro y la perla son descubiertos, es decir cuando hemos encontrado al Señor, es necesario no dejar estéril este descubrimiento, sino sacrificar por ello cualquier otra cosa. No se trata de despreciar el resto, sino de subordinarlo a Jesús, poniéndole a Él en el primer lugar. La gracia en el primer lugar. El discípulo de Cristo no es uno que se ha privado de algo esencial; es uno que ha encontrado mucho más: ha encontrado la alegría plena que solo el Señor puede donar.
(Homilía de S.S. Francisco, 30 de julio de 2017).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscar un tiempo para estar con Jesús Eucaristía para recordar todo su amor por mí y pedirle la gracia de encontrarlo pronto en mi vida.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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