lunes, 18 de junio de 2018

LA TRINIDAD DENTRO DE NOSOTROS 18 DE JUNIO DE 2018 POR DAN BURKE

La Trinidad dentro de nosotros

Presencia de Dios - ¡Oh, Santísima Trinidad !, quien se complace en convertir mi alma en tu morada, digna compartir conmigo tu vida divina.
MEDITACIÓN
Jesús vino no solo para revelar el misterio de la Santísima Trinidad, sino también para establecer lazos de la amistad más cercana entre nuestras almas y las tres Personas divinas. Él no es solo el Revelador de la Trinidad, sino el Mediador, el Camino, el Puente, que nos conduce al Dios Triuno y nos une con él. Al principio, Dios quiso entregarse a nuestros primeros padres que habían sido creados en el estado de gracia, como Creador, y aún más, como Trinidad. Sin embargo, el pecado cortó esta íntima comunicación de amistad, por la cual Dios habría deseado tratar al hombre no solo como una criatura, sino como un hijo, un amigo por el cual revelaría el misterio de su vida íntima para compartirlo con él. Todo esto sería devuelto al hombre, pero solo después de la Encarnación de la Palabra, cuando Jesús, como el Dios-Hombre, restauraría lo que se había perdido al convertirse en el Mediador entre Dios y el hombre. Al limpiarnos en Su preciosa Sangre, Jesús dotó a nuestras almas de nuevo con la capacidad de recibir el don divino de la gracia santificante. Podríamos participar una vez más en la naturaleza y la vida divinas; por lo tanto, Jesús nos restauró a nuestra dignidad original como templos vivos de la gloriosa Trinidad. Debido a que Él nos redimió, pudo hacer esta maravillosa promesa: "Si alguno me ama ... Mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él nuestra morada" (Juan 14:23). Estas palabras nos revelan el misterio de la morada de la Trinidad en nuestras almas, una morada que implica una presencia muy especial de Dios dentro de nosotros. Se realiza solo en un alma que ama, en un alma que vive en la caridad y la gracia, porque, como dice San Juan, "el que permanece en la caridad permanece en Dios,
Dios habita en un alma en estado de gracia como un amigo que se deleita en estar con un amigo, conversando con él con dulce familiaridad. "He aquí", dice el Señor, "estoy a la puerta y llamo; si alguno oyere Mi voz y me abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo "(Apocalipsis 3:20).
COLOQUIOla Trinidad dentro de nosotros"Oh Trinidad eterna, Un Dios, Uno en esencia y Tres en Personas, Tú has creado al hombre a Tu imagen, para que por los tres poderes de su alma se asemeje a Tu Trinidad y Unidad. A través de esta semejanza él se une a ti; es decir, por su memoria, se une y se parece al Padre, a quien se le atribuye el poder; por su intelecto, se asemeja y se une al Hijo, a quien se atribuye la sabiduría; por su voluntad, se asemeja y se hace uno con el Espíritu Santo, el amor del Padre y del Hijo, a quien se le atribuye la misericordia.
"Oh Padre, concédeme unir mi memoria a Ti recordando siempre que Tú eres el comienzo del cual proceden todas las cosas. Oh Hijo, une mi intelecto al Tuyo y concédeme que pueda juzgar perfectamente todas las cosas de acuerdo con el orden establecido por Tu sabiduría. Oh Espíritu Santo, concédeme unir mi voluntad a Ti amando perfectamente la misericordia y el amor que son la razón de mi creación y de cada gracia que se me da, sin ningún mérito de mi parte.
"Oh poderosa y eterna Trinidad, que se te agradezca por todo el amor que nos has mostrado al formar y dotar dulcemente a nuestra alma de sus poderes: un intelecto para conocerte, un recuerdo para recordarte, una voluntad de amarte sobre todas las cosas ! Es razonable que conociéndote, oh bondad infinita, te amaría ; y, este amor es tan fuerte que ni el diablo ni ninguna otra criatura pueden arrebatárselo contra mi voluntad.

"Oh poder del eterno Padre, ayúdame; sabiduría del Hijo, ilumina el ojo de mi intelecto; dulce misericordia y amor del Espíritu Santo, inflama mi corazón y únete a ti.
"Oh Trinidad eterna, mi dulce Amor, Tú que eres Luz, dame luz; Tú que eres Sabiduría, dame sabiduría; Oh fortaleza suprema, dame fuerza. Oh Dios eterno, Tú eres el océano en calma donde las almas habitan y se nutren, y donde encuentran descanso en la unión del amor " ( Santa Catalina de Siena ).

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