domingo, 3 de junio de 2018

LA DEVOCIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, FIESTA 9 DE JUNIO 2018

Publicado: 02 de junio 2018 09:08 AM PDT

Fiesta del Inmaculado Corazón de la Virgen María




María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un corazón que se enamora de Dios, que rodea las rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor y la alegría.

La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad ...


Inmaculado Corazón de María



María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un corazón que se enamora de Dios, que rodea las rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor y la alegría.

La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad ...

La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por el medio de su Madre.

Por ello, nos consagramos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María. Esto se hace evidente en la liturgia, al celebrar ambas fiestas de manera consecutiva, viernes y sábado respectivamente, en la semana siguiente al domingo del Corpus Christi.

Santa María, Mediadora de todas las gracias, nos invitamos a confiar en su amor materno, a nuestras necesidades plegarias pidiéndole a su Inmaculado Corazón que nos ayude a conformarnos con su Hijo Jesús.

Venerar su Inmaculado Corazón significa, pues, no sólo reverenciar el corazón físico sino también su persona como fuente y fundamento de todas sus virtudes. Veneramos expresamente su Corazón como símbolo de su amor en Dios y los demás.

El Corazón de Nuestra Madre nos muestra claramente la respuesta a los impulsos de sus dinamismos fundamentales, percibidos, por su profunda pureza, en el verdadero sentido. Al elegir los caminos concretos entre la variedad de las posibilidades, María, preservada de toda la vida por la gracia, responde ejemplar y rectamente a la dirección de cuentos dinamismos, según la orientación en ellos impresa por el Plan de Dios.

Ella, quien atesoraba y meditaba todos los signos de Dios en su corazón, llamamos a esforzarnos por conocer nuestro propio corazón, es decir la realidad profunda de nuestro ser, ese misterioso núcleo donde encontramos la huella divina que exige el encuentro pleno con Dios Amor .



Historia de la devoción



La historia de la devoción del Inmaculado Corazón se inicia en el siglo XVII, como consecuencia del movimiento espiritual que procesa de San Juan Eudes.

Más adelante, en diciembre del año 1925 la Virgen Santísima se le apareció una Lucía Martos, vidente de Fátima, y ​​la promesa de asistir a la hora de la muerte, con las gracias necesarias para la salvación, todos los que lo hacen en los primeros sábados de cinco meses consecutivos, se confesasen, recibieran la Sagrada Comunión, rezaen una tercera parte del Rosario, con la intención de darle reparación.

En la tercera aparición de Fátima, Nuestra Madre dijo que Lucía: "Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado." Si se hace lo que digo se salvarán muchas almas y habrá paz, terminará la guerra ... .. Al final triunfará mi Corazón Inmaculado. Quiero celebrar el mundo a mi corazón Inmaculado y que en la reparación se comulgue el primer sábado de cada mes .... Si se requiere de algo, Rusia se convertirá y habrá paz .... Al final triunfará mi Corazón Inmaculado y la humanidad disfrutará de una era de paz ".

En un diálogo entre Lucía y Jacinta, ella, de diez años, dijo a Lucía: "A mí me queda poco tiempo para ir al Cielo, pero tú tienes que quedarte aquí abajo para dar a conocer al mundo que nuestro Señor desea que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María ".

"Diles a todos los que tienen esta gracia por el medio de ella y que el corazón de Jesús desean ser venerados juntamente con el corazón de su madre. Insísteles en que pidan la paz por el medio del Inmaculado Corazón de María, pues el Señor ha puesto en sus manos manos la paz del mundo ".

El Papa Pío XII, el 31 de Octubre de 1942, al clausurarse la solemne celebración en honor de las Apariciones de Fátima, conforme al mensaje de juntas, consagra el mundo al Inmaculado Corazón de María.

Asimismo, el 4 de mayo de 1944 el Santo Padre instituyó la fiesta del Inmaculado Corazón de María, que comenzó a celebrarse el 22 de Agosto. Ahora tiene el Sábado siguiente al Segundo Domingo de Pentecostés.




Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María



"Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía,
yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos y mis acciones.

Quiero ser como tu quieres que sea,
hacer lo que tú quieres que haga
No temo, pues siempre estas conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús,
con todo mi corazón y sobre todas las cosas.

Pon mi mano en la tuya para que este siempre contigo ".

Amén





Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María por el Papa Pío XII




¡Oh Reina del Santísimo Rosario, auxilio de los cristianos, refugio del género humano, vencedora de todas las batallas de Dios! Ante el Trono nos postramos suplicantes, seguros de impetrar misericordia y de logro gracia y oportuno auxilio y defensa en las presentes calamidades, no por nuestros millones, de los que no son presumidos, sino únicamente por la inmensa bondad de tu Corazón materno.

En esta hora trágica de la historia humana, un Vos, un Inmaculado Corazón, nos entregamos y nos consagramos, no solo en la unión con la Santa Iglesia, cuerpo místico de tu Hijo Jesús, que sufre y sangra en partes y de todos modos atribulada, sino también con todo el Mundo dilacerado por atroces discordias, abrasado en un incendio de odio, víctima de sus propias iniquidades.

Que os conmuevan tantas ruinas materiales y morales, tantos dolores, tantas angustias de padres y madres, de esposos, de hermanos, de niños inocentes; tantas vidas cortadas en flor, tantos cuerpos desesperados en la horrenda carnicería, tantas almas torturadas y agonizantes, tantas en peligro de perderse eternamente.

Vos, oh Madre de misericordia, impetradnos de Dios la paz; y, ante todo, las gracias que pueden convertir en un momento los corazones humanos, las gracias que preparan, concilian y aseguran la paz. Reina de la paz, rogad por nosotros y papá al mundo en guerra, la paz por lo que suspiran los pueblos, la paz en la verdad, en la justicia, en la caridad de Cristo. Dadle la paz de las armas y la paz de las almas, para que en la tranquilidad del orden se dilate el reino de Dios.

Conceded vuestra protección a los infieles ya cuantos yacen aún en las sombras de la muerte;concédeles la paz y haced que brille para ellos el sol de la verdad y que repetir con nosotros ante el único Salvador del mundo: Gloria un Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

Papá la paz a los pueblos separados por el error o la discordia, especialmente a aquellos que profesan la singular devoción y en los cuales no hay casa donde no se halló honrada vuestra venerada imagen, a punto de caerse que retornen al único redil de Cristo bajo el cuidado del párroco.

Obligado paz y libertad completa para la Iglesia Santa de Dios; Contemporé el diluvio inundante del neopaganismo, fomentad en los campos el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y del celo apostólico, un fin de que aumente en los méritos y en el pueblo de Dios.

Finalmente, así como fueron consagrados al Corazón de su Hijo Jesús la Iglesia y todo el género humano, para que, en El todas las esperanzas, fuera para ellos señal y prenda de victoria y de salvación; de igual manera, oh Madre nuestra y Reina del Mundo, también nos consagramos para siempre a Vos, a tu Inmaculado Corazón, para que tu amor y patrocinio sea el triunfo del Reino de Dios, y todas las gentes, pacificadas entre sí y con Dios , os proclaman bienaventurada y entonen con Vos, de un extremo a Otro de la tierra, el eterno Magnífico de gloria, de amor, de reconocimiento al Corazón de Jesús, en sólo el cual puede hallar la Verdad, la Vida y la Paz.



Oración al Inmaculado Corazón



"Acuérdate, Nuestra Señora del Sagrado Corazón,
de las maravillas que el Señor hizo en ti:
Te elegió por madre y te quiso junto a su cruz.

Hoy te gusta compartir tu gloria y escuchar tus súplicas.
Ofrécele nuestras alabanzas y nuestra acción de gracias.
Preséntale nuestras peticiones.
(Aquí se pide la gracia que se quiere obtener)

Haznos vivir, como tú, en el amor de tu Hijo,
para que venga a nosotros su reino.

Conduce a todos los hombres
a la fuente de agua viva que brota de su corazón,
derramando sobre el mundo
la esperanza y la salvación, la justicia y la paz.

Mira nuestra confianza, atiende nuestra súplica
y muéstrate siempre Madre nuestra. Amén"

(Seguidamente rezáis un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria)




Letanías reparadoras al Inmaculado Corazón de María




¡Oh Madre nuestra dulcísima! Permitir por piedad que nos devotos hijos, unidos en un solo pensamiento de veneración y amor, vengamos a reparar las horrendas de las adolescencias que vengan contra Ti tantos desventurados que no conocen el paraíso de bondad y de misericordia de tu corazón materno.

De las horribles ofensas que se cometen contra tu dulcísimo Jesús, te consolaremos oh María.

De la espada de dolor que hijos degenerados que quieren clavar en tu corazón maternal, te consolaremos oh María. 

De las blasfemias nefandas que se vomitan contra tu purísimo y santísimo nombre, te consolaremos oh María.

De las infames negaciones que se hacen de tus privilegios y de tus glorias más sobresalientes, te consolaremos oh María.

De los insultos que los protestantes y otros herejes lanzan contra tu culto dulcísimo, te consolaremos oh María.

De las sacrílegas afrentas que los impíos venidos contra tus carísimas imágenes, te consolaremos oh María.

De las profanaciones que se cometen en tus santuarios, te consolaremos oh María.

De las ofensas contra la angelical angelical que en Ti se personifica, te consolaremos oh María.

De los ultrajes que se cometen con las modas perversas, contra la dignidad de la mujer, por Ti reivindicada y santificada, te consolaremos oh María.

De los horrendos delitos con que se aparta a los inocentes de tu seno materno, te consolaremos oh María.

De las incomprensiones de tus derechos divinamente maternales, por parte de las madres, te consolaremos oh María.

De las ingratitudes de tantos hijos a tus gracias bellas, te consolaremos oh María.

De la frialdad de tantos corazones frente a tus raíces materiales, te consolaremos oh María.

Del desprecio de tus invitaciones de amor, te consolaremos oh María.

De la cruel indiferencia de tantos corazones, te consolaremos oh María.

De tus lágrimas maternales, te consolaremos oh María.

De las angustias de tu dulcísimo corazón, te consolaremos, oh María.

De las agonías de tu alma santísima en tantos Calvarios, te consolaremos oh María.

De tus suspiros de amor, te consolaremos oh María.

Del martirio que te ocasiona la pérdida de tantas almas redimidas por la sangre de tu Jesús y por tus lágrimas, te consolaremos oh María.

De los horrendos atentados que se cometen contra tu Jesús, que vive en su Vicario y en sus sacerdotes, te consolaremos oh María.
De la conjuración infernal contra la vida de tu Jesús en su Iglesia, te consolaremos oh María.

¡Oh Madre santa dulcísima, que en el heroísmo de tu amor maternal, al pie de la cruz, que por las crueles que martirizaban tan atrozmente a tu amado Hijo Jesús y desgarraban tu corazón ternísimo! Diez piedad de todos los desventurados e indignos que te ofenden; que también pueden ser recogidos en tu seno materno, purificados por sus lágrimas, benditos y admitidos a gozar de los frutos estupendos de tu madre misericordia. Amén.

Jaculatoria: Santa María, líbranos de las penas del infierno. 
(preces 277).


Fuente: Aciprensa

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