domingo, 1 de abril de 2018

VIDA CONTEMPLATIVA EN LOS CAMINOS

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III. MIÉRCOLES
VIDA CONTEMPLATIVA EN LOS CAMINOS
“Fue la visión de la misma realidad en que vive gran parte de la humanidad la que determinó en él la crisis central de su vida, aquella crisis que debía llevarle tan lejos de su primera idea de vida religiosa.
Carlos de Foucauld, como sabéis, era trapense y había escogido la trapa más pobre que existía, la de Abbés, en Siria.
Cierto día, su superior le mandó velar a un difunto, junto al convento. Era un árabe cristiano que había muerto en una casa pobre. Cuando el hermano Carlos se halló en el tugurio del muerto y vio alrededor del cadáver la verdadera pobreza hecha de hijos hambrientos y de una viuda indefensa, débil y sin ninguna seguridad respecto del pan del día siguiente, entró en aquella crisis espiritual que le hizo salir de la Trapa, buscando un marco de vida religiosa muy distinto del primero.
Y, una vez fuera de la Trapa, c
onstituirá su primera hermandad de Beni Abbés, en el Sahara, y después en Tamanrasset, donde morirá asesinado por los tuaregs.
La “hermandad” debía de parecerse a la casa de Nazaret, por tanto a una de las mucha casas que se encuentran a lo largo de los caminos del mundo.
Pero, entonces, ¿había renunciado a la contemplación? No. Había dado un paso hacia delante. Había aceptado vivir la vida contemplativa a lo largo de los caminos, en un marco de vida semejante al de todos los hombres”. (C. CarrettoCartas del desierto, San Pablo, Madrid, 199716, 98-99).
[ Tomado de José Luis Vázquez BorauVivir Nazaret. Un mes con Carlos de Foucauld. San Pablo, Madrid, 2008,85-86)]

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