domingo, 22 de abril de 2018

EL RECUERDO CONSTANTE DE DIOS

 un secreto para llevar una vida digna del Señor es el recuerdo constante de Dios.
Es preciso fortalecer por todos los medios este recuerdo, hasta que sea inseparable de la atención. Dios está en todas partes y siempre con nosotros, junto a nosotros y en nosotros. Pero nosotros no siempre estamos en Él, porque no nos acordamos de Él; y porque no nos acordamos de Él, nos permitimos muchas cosas que no nos permitiríamos si lo recordáramos. Hagamos el esfuerzo de tener presente este recuerdo.
Aquí no se exige nada especial, solo asumir este propósito y esforzarse por recordar que el Señor está junto a nosotros, que está cerca, que nos mira y que nos ve con tanta atención como quien nos mira a los ojos.
Hagamos
lo que hagamos, recordemos siempre que el Señor está cerca y nos mira. Tratemos de acostumbrarnos a esto y nos acostumbraremos. Y cuando nos hayamos acostumbrado, o incluso a medida que nos vayamos acostumbrando poco a poco, veremos qué efecto salvífico tiene en nuestra alma. Lo único que debemos tener presente es que de Dios no debemos acordarnos como se acuerda de cualquier otra cosa, sino que debemos unir su recuerdo al temor de Dios y al sentimiento de piedad. Las personas piadosas lo son precisamente por esto.
No dejemos de pensar en la Santísima Virgen María, Ella sabe como conducirnos a ese Amor y a esa piedad…Ella sabe como alcanzarnos y hacernos merecedores del gran amor del Padre. Solo debemos confiar, esperar y vivir en el amor que Dios nos hace conocer todos los días de nuestra vida.

No hay comentarios. :

Publicar un comentario