jueves, 20 de julio de 2017

VIRAL: La verdadera historia del perro que iba a Misa conmueve a miles

Ciccio / Crédito: Facebook de María Lochi


ROMA, 19 Jul. 17 / 07:03 pm (ACI).- En los últimos días ha comenzado a circular en redes sociales un video que conmueve a miles y cuyo protagonista es un perro pastor alemán mestizo.

Su nombre es Ciccio y, aunque falleció en febrero de 2013, se convirtió en toda una celebridad por asistir todos los días a la Misa de una iglesia italiana donde dos meses antes fue celebrado el funeral de su dueña.  

Ciccio, de 13 años, tenía la esperanza de volver a ver a su propietaria, María Margherita Lochi, una mujer italiana de 57 años que lo adoptó luego de encontrarlo abandonado en los campos cercanos a su casa en San Donaci (Italia).



María desarrolló un afecto particular por Ciccio porque solía caminar con él desde su casa hasta la iglesia de Santa Maria degli Angeli (en Brindisi, Italia), donde la mascota se sentaba a sus pies con el permiso del sacerdote.


Según Daily Mail, el párroco P. Donato Panna dijo en 2013: “Él (Ciccio) está allí cada vez que celebro Misa y se comporta muy bien. No hace ningún sonido, no he oído un ladrido de él en todo el tiempo que ha estado entrando”.

“Solía ir a la Misa con María y era, obviamente, devoto de ella. Lo dejé quedarse adentro porque siempre se comportaba bien y ninguno de los feligreses se quejó”, añadió.


Luego, el sacerdote confirmó que la mascota “seguía viniendo a la Misa incluso después del funeral de María”.


“Esperaba pacientemente por el lado del altar y se sentaba allí tranquilamente. Yo no tenía el corazón para echarlo fuera. Acababa de perder mi propio perro, así que le permito quedarse allí hasta que la Misa termine y luego lo dejo salir”.

Ciccio fue adoptado por el pueblo de San Donaci que lo cuidó y le proveyó de comida.

Para muchas personas, Ciccio les recuerda el caso de Hachiko, un perro japonés cuya historia fue recogida en una película del año 2009 con el nombre de “Hachi: A dog’s tale”, y que narra cómo un perro espera pacientemente en una estación de ferrocarril a su dueño, incluso luego de que este falleciera.

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