martes, 28 de febrero de 2017

En la Eucaristía Jesús da gracias al Padre con nosotros y por nosotros.


Eucaristía, una existencia profundamente "agradecida"

En la Eucaristía Jesús da gracias al Padre con nosotros y por nosotros.


Por: Juan Pablo II | Fuente: Catholic.net 


Las palabras de la institución de la Eucaristía, las que pronunciamos cada día in persona Christi, para hacer presente sobre nuestros altares el sacrificio realizado de una vez por todas en el Calvario. De ellas surgen indicaciones iluminadoras para la espiritualidad sacerdotal: puesto que toda la Iglesia vive de la Eucaristía, la existencia sacerdotal ha de tener, por un título especial, «forma eucarística».

Por tanto, las palabras de la institución de la Eucaristía no deben ser para nosotros únicamente una fórmula consagratoria, sino también una «fórmula de vida».

«Tibi gratias agens benedixit...». En cada Santa Misa recordamos y revivimos el primer sentimiento expresado por Jesús en el momento de partir el pan, el de dar gracias. El agradecimiento es la actitud que está en la base del nombre mismo de «Eucaristía». En esta expresión de gratitud confluye toda la espiritualidad bíblica de la alabanza por los mirabilia Dei. Dios nos ama, se anticipa con su Providencia, nos acompaña con intervenciones continuas de salvación.

En la Eucaristía Jesús da gracias al Padre con nosotros y por nosotros. Esta acción de gracias de Jesús ¿cómo no ha de plasmar la vida? Sabemos que debemos fomentar constantemente un espíritu de gratitud por tantos dones recibidos a lo largo de la existencia y, en particular, por el don de la fe, que ahora tiene el ministerio de anunciar, y por el del sacerdocio, que lo consagra completamente al servicio del Reino de Dios.

Tenemos ciertamente nuestras cruces —y ¡no somos los únicos que las tienen!—, pero los dones recibidos son tan grandes que no podemos dejar de cantar desde lo más profundo del corazón nuestro Magnificat.


Fragmeto tomado de la Carta de SS Juan Pablo II a los sacerdotes para el Jueves Santo. Policlínico Gemelli, Roma 13 de marzo de 2005.

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