365 días con santa Faustina
Reflexión 170: Fidelidad en los días buenos y malos
Es fácil amar a Dios cuando nos apetece y cuando la vida va bien y es bastante fácil. Pero cuando la vida es desafiante, inmediatamente nos sentimos tentados a volvernos hacia nosotros mismos y, al hacerlo, nos alejamos de nuestro amor por Dios. Pero una verdadera señal de santidad es que amamos a Dios sin importar lo que sintamos o experimentamos a lo largo de nuestro día. Llueva o truene, no debemos vacilar en nuestro amor por nuestro Dios y por los demás (Ver Diario # 893).
¿Permite que sus emociones dicten su fe? ¿Dejas que las difíciles circunstancias de la vida te alejen de tu absoluta fidelidad a tu Dios? Esta es una tentación real en la que muchos caen. Reflexione hoy sobre cómo se enfrenta a los días y momentos difíciles. Busque renovar su fidelidad y amor en los momentos más desafiantes y descubrirá que este acto lo transforma en formas que la “vida fácil” nunca lo hará.
Señor, te entrego este día y te doy todo mi corazón este día. No importa lo que sienta o experimente hoy o mañana, me comprometo contigo a permanecer fiel en todas las cosas. Prometo no permitir que las dificultades o cargas diarias me agobien y dañen mi fe. Jesús mío, te amo y elijo ser siempre fiel a ti. Jesús, en Ti confío.
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