PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dice la Carta a los Romanos: -¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada? En todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que nada podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús (cf. Rm 8,35-39).
Pensamiento franciscano:
Dice san Francisco: -Todos los hermanos recuerden que se dieron al Señor Jesucristo y que le cedieron sus cuerpos. Y por su amor deben exponerse a los enemigos, porque dice el Señor: El que pierda su alma por mi causa, la salvará para la vida eterna. Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Si me persiguieron a mí, también a vosotros os perseguirán (1 R 16,10-13).
Orar con la Iglesia:
Con la confianza que nos da el ser hijos de Dios, pidamos a Dios nuestro Padre:
-Que envíe su Espíritu sobre la Iglesia y la llene de sus dones.
-Que santifique a los obispos y a los sacerdotes y les dé el Espíritu de sabiduría.
-Que reine la concordia en nuestro pueblo, la prudencia y la justicia en los gobernantes, y la paz entre las naciones.
-Que los pobres, los enfermos y todos los indigentes sientan el apoyo de sus hermanos los hombres y el gozo del Espíritu.
-Que el Espíritu del Señor nos fortalezca en la fe, nos revele toda la verdad y nos llene de su amor.
Oración: Multiplica sobre nosotros, Señor, los dones de tu Espíritu, para que se realicen también en nosotros las maravillas de Pentecostés. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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