Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!
Humildad y gratitud
2 de mayo de 2021
Quinto Domingo de Pascua (Año
Lecturas para hoy
Video
“Yo soy la vid, ustedes son las ramas. El que permanece en mí y yo en él, dará mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer ”. Juan 15: 5
Qué gran recordatorio ... "Sin mí no puedes hacer nada".
Al principio, escuchar esto puede doler. Puede herir nuestro orgullo y podemos reaccionar negativamente a esta idea. ¿Es realmente cierto? ¿Realmente no podemos hacer nada sin Dios? Obviamente, la respuesta es "Sí". Jesús no miente. No podemos hacer nada sin Dios en nuestras vidas.
De hecho, si Dios nos olvidara por un momento, dejaríamos de existir. Incluso nuestra propia existencia depende de que Dios continúe queriendo que existamos. Y en cuanto a hacer el bien, marcar la diferencia, tener una vida productiva, etc., no podemos hacer nada bueno sin la gracia de Dios.
Aunque esto puede ser difícil de escuchar al principio, debemos reflexionar sobre ello con regularidad. Y si lo meditamos y aceptamos esta verdad, sucederán dos cosas en nuestras almas. Primero, creceremos en humildad. La humildad es la virtud más importante en la que podemos crecer. Se la conoce como "la madre de todas las virtudes". Esto se debe a que de esta virtud fluyen todas las demás virtudes. La humildad significa que nos damos cuenta de que Dios lo es todo y que lo necesitamos al 100%. Esta humilde verdad nos permitirá buscar a Dios en todas las cosas e invitarlo profundamente a cada parte de nuestra vida.
Una segunda cosa que sucederá en nuestras almas cuando nos demos cuenta de que no podemos hacer nada sin Dios es que creceremos en gratitud. Cuando vemos que Dios lo es todo Y comenzamos a ver que Él nos brinda gracia constante en nuestras vidas, nuestra única respuesta apropiada será "¡Gracias!" Estaremos agradecidos a Dios por todo porque nos daremos cuenta de que todo lo que es bueno es un regalo de Él.
Reflexione hoy sobre estas verdades de humildad y gratitud y permítales asimilarlas. Mientras lo hace, permita que estas virtudes crezcan y se materialicen más en su vida.
Señor, creo que no puedo hacer nada sin ti. Ayúdame a creer esto con una convicción aún mayor y, mientras lo hago, ayúdame a crecer en humildad y gratitud. Jesús, en Ti confío.
¡Mi vida católica!
Humildad y gratitud
2 de mayo de 2021
Quinto Domingo de Pascua (Año
Lecturas para hoy
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“Yo soy la vid, ustedes son las ramas. El que permanece en mí y yo en él, dará mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer ”. Juan 15: 5
Qué gran recordatorio ... "Sin mí no puedes hacer nada".
Al principio, escuchar esto puede doler. Puede herir nuestro orgullo y podemos reaccionar negativamente a esta idea. ¿Es realmente cierto? ¿Realmente no podemos hacer nada sin Dios? Obviamente, la respuesta es "Sí". Jesús no miente. No podemos hacer nada sin Dios en nuestras vidas.
De hecho, si Dios nos olvidara por un momento, dejaríamos de existir. Incluso nuestra propia existencia depende de que Dios continúe queriendo que existamos. Y en cuanto a hacer el bien, marcar la diferencia, tener una vida productiva, etc., no podemos hacer nada bueno sin la gracia de Dios.
Aunque esto puede ser difícil de escuchar al principio, debemos reflexionar sobre ello con regularidad. Y si lo meditamos y aceptamos esta verdad, sucederán dos cosas en nuestras almas. Primero, creceremos en humildad. La humildad es la virtud más importante en la que podemos crecer. Se la conoce como "la madre de todas las virtudes". Esto se debe a que de esta virtud fluyen todas las demás virtudes. La humildad significa que nos damos cuenta de que Dios lo es todo y que lo necesitamos al 100%. Esta humilde verdad nos permitirá buscar a Dios en todas las cosas e invitarlo profundamente a cada parte de nuestra vida.
Una segunda cosa que sucederá en nuestras almas cuando nos demos cuenta de que no podemos hacer nada sin Dios es que creceremos en gratitud. Cuando vemos que Dios lo es todo Y comenzamos a ver que Él nos brinda gracia constante en nuestras vidas, nuestra única respuesta apropiada será "¡Gracias!" Estaremos agradecidos a Dios por todo porque nos daremos cuenta de que todo lo que es bueno es un regalo de Él.
Reflexione hoy sobre estas verdades de humildad y gratitud y permítales asimilarlas. Mientras lo hace, permita que estas virtudes crezcan y se materialicen más en su vida.
Señor, creo que no puedo hacer nada sin ti. Ayúdame a creer esto con una convicción aún mayor y, mientras lo hago, ayúdame a crecer en humildad y gratitud. Jesús, en Ti confío.
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