PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a sus discípulos: «El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna» (Mt 19,29).
Pensamiento franciscano:
San Francisco escribió a todos los fieles: --Debemos también ayunar y abstenernos de los vicios y pecados... Debemos también visitar las iglesias frecuentemente y venerar y reverenciar a los clérigos... Y especialmente los religiosos, que han renunciado al siglo, están obligados a hacer más y mayores cosas, pero sin omitir éstas (2CtaF 32-36).
Orar con la Iglesia:
Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que nos conserve en la vocación cristiana a que nos ha llamado:
-Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos, concédenos cantar tus grandezas en medio de tu templo santo, la Iglesia.
-Padre santo, que quieres que hagamos eficaz nuestra consagración a ti, ayúdanos a dar fruto de buenas obras.
-Padre santo, que sabes los peligros que nos acechan, líbranos del mal y ampáranos en nuestras debilidades.
-Padre santo, que no cesas de llamar a quienes quieres a una vida consagrada, concede a los llamados la fidelidad y la perseverancia.
Oración: Te pedimos, Padre, que tu Espíritu nos ilumine para percibir tus llamadas y nos fortalezca para asumirlas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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