Ve primero a reconciliarte con tu hermano
Viernes 26 de febrero
Evangelio
Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.
Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda.
Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
Palabra del Señor
Reflexión
Este pasaje, dentro de la gran catequesis que hace Jesús para sus seguidores, nos muestra la gran importancia que tiene el prójimo en la nueva economía cristiana. Es por ello que el cristianismo no consiste únicamente en tener una relación vertical con Dios, sino que ésta ha de expresarse en la relación horizontal hacia nuestros hermanos, y en general, a todos los hombres; tanto es así, que el juicio, de acuerdo a las palabras de Jesús, no estará fundado tanto en nuestra relación con Dios, sino en base al trato que dimos a nuestros semejantes.
Decir que se ama a Dios y que es uno discípulo de Cristo, implica tener un gran amor por nuestros hermanos y buscar crecer en nuestra relación con ellos. El final de este pasaje está referido a la máxima expresión de amor y reverencia a Dios que es el Culto. Con respecto a éste, Jesús nos instruye que nuestra participación en la misa no será totalmente fructuosa si no estamos en paz con nuestros hermanos.
Es fácil que en nuestra relación familiar se den roces, producto de nuestra debilidad. Qué importante es por ello que, antes de salir a misa el domingo, si hemos tenido algún problema, pequeño o grande, en familia, que nos pidamos perdón y que así podamos expresarle a Dios que nuestro amor es auténtico y total hacia él y hacia nuestros hermanos.
¡Feliz Viernes!
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