PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él... Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho» (Jn 14,23-26).
Pensamiento franciscano:
«Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna,
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.
Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
y soportan enfermedad y tribulación.
Bienaventurados aquellos que las soporten en paz,
porque por ti, Altísimo, coronados serán» (Cánt 9-11).
Orar con la Iglesia:
Oremos con toda confianza a Cristo, el Señor, que nos mandó velar y orar para no desfallecer ni caer en la tentación.
-Señor, tú prometiste estar con tus discípulos cuando se reunieran en tu nombre para orar: haz que oremos de tal manera que te sientas a gusto entre nosotros.
-Purifica de todo pecado a la Iglesia penitente, y haz que viva siempre en la esperanza y el gozo del Espíritu Santo.
-Tú nos mandaste estar atentos al bien del prójimo, en especial del más necesitado: haz que nuestro comportamiento haga manifiestos tu amor y tu ternura.
-Rey pacífico, concédenos que tu paz reine en el mundo y que nosotros trabajemos sin cesar para conseguirla.
Oración: Señor, mira con amor a tu familia, y aviva el deseo de poseerte en quienes moderan su cuerpo con la penitencia. Por Jesucristo, nuestro Seño. Amén.
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