miércoles, 9 de septiembre de 2020

Las verdaderas bendiciones


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Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

Las verdaderas bendiciones
9 de septiembre de 2020
Miércoles de la vigésimo tercera semana del tiempo ordinario
Lecturas de hoy

San Pedro Claver, sacerdote — Memorial de EE. UU.



"Bienaventurados los pobres ...
Bienaventurados los que ahora tienen hambre ...
Bienaventurados los que ahora lloran ...
Bienaventurados cuando la gente los odia ... ¡
Regocíjense y salten de alegría en ese día!" (Ver Lucas 6: 20-23)

¿Son las declaraciones anteriores errores tipográficos? ¿Jesús realmente dijo estas cosas?  

Al principio, las Bienaventuranzas pueden parecer bastante confusas. Y cuando nos esforzamos por vivirlos, pueden ser muy desafiantes. ¿Por qué es una bendición ser pobre y tener hambre? ¿Por qué es bienaventurado el que llora y es odiado? Estas son preguntas difíciles con respuestas perfectas.

La verdad es que cada bienaventuranza termina con un resultado glorioso cuando se abraza plenamente de acuerdo con la voluntad de Dios. La pobreza, el hambre, el dolor y la persecución no son, por sí mismos, bendiciones. Pero cuando nos suceden, ofrecen una oportunidad para recibir una bendición de Dios que supera con creces cualquier dificultad que presente el desafío inicial.

La pobreza le brinda a uno la oportunidad de buscar las riquezas del cielo por encima de todo. El hambre lleva a una persona a buscar el alimento de Dios que sostiene más allá de lo que el mundo puede ofrecer. El llanto, cuando es causado por el propio pecado o los pecados de los demás, nos ayuda a buscar la justicia, el arrepentimiento, la verdad y la misericordia. Y la persecución a causa de Cristo nos permite ser purificados en nuestra fe y confiar en Dios de una manera que nos deja abundantemente bendecidos y llenos de gozo.

Al principio, las Bienaventuranzas pueden no tener sentido para nosotros. No es que sean contrarios a nuestra razón humana. Más bien, las Bienaventuranzas van más allá de lo que inmediatamente tiene sentido y nos permiten vivir en un nivel completamente nuevo de fe, esperanza y amor. Nos enseñan que la sabiduría de Dios está mucho más allá de nuestro limitado entendimiento humano.

Reflexione hoy sobre la increíble sabiduría de Dios al revelar estas, las enseñanzas más profundas de la vida espiritual. Por lo menos, trate de reflexionar sobre el hecho de que la sabiduría de Dios está muy por encima de la suya. Si luchas por encontrarle sentido a algo doloroso y difícil en tu vida, debes saber que Dios tiene una respuesta si buscas Su sabiduría.

Señor, ayúdame a encontrar bendiciones en los muchos desafíos y dificultades de la vida. En lugar de ver mis cruces como malas, ayúdame a ver Tu mano obrando para transformarlas y a experimentar una mayor efusión de Tu gracia en todas las cosas. Jesús, en Ti confío.

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