martes, 18 de agosto de 2020

¡Ser el primero!


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¡Mi vida católica!


¡Ser el primero!
18 de agosto de 2020
Martes de la vigésima semana del tiempo ordinario
Lecturas de hoy



"Pero muchos de los primeros serán los últimos, y los últimos serán los primeros". Mateo 19:30

Esta pequeña línea, escondida al final del evangelio de hoy, revela mucho. Revela una contradicción entre el éxito mundano y el éxito eterno. Muy a menudo buscamos el éxito mundano y no buscamos las riquezas que duran por la eternidad.

Comencemos con los "muchos que son los primeros". ¿Quienes son esas personas? Para comprender esto, debemos comprender la diferencia entre el "mundo" y el "Reino de Dios". El mundo se refiere a una popularidad puramente vana dentro de cualquier cultura dada. El éxito, el prestigio, la vanagloria y cosas por el estilo acompañan a la popularidad y el éxito mundanos. El maligno es el señor de este mundo y, a menudo, buscará levantar a los que sirven a su impía voluntad. Pero al hacerlo, muchos de nosotros nos sentimos atraídos y atraídos por esta forma de notoriedad. Esto es un problema, especialmente cuando comenzamos a tomar nuestra identidad en las opiniones de los demás.

Los “muchos que son los primeros” son aquellos a quienes el mundo enaltece como iconos y modelos de este éxito popular. Esta es una declaración general que ciertamente no se aplica a todas las situaciones y personas en particular. Pero debe reconocerse la tendencia general. Y de acuerdo con esta Escritura, aquellos que sean atraídos a esta vida serán los “últimos” en el Reino de los Cielos.  

Compare esto con aquellos que son "primeros" en el Reino de Dios. Estas almas santas pueden ser honradas o no en este mundo. Algunos pueden ver su bondad y honrarlos (como se honró a Santa Madre Teresa), pero muy a menudo son menospreciados y considerados indeseables de una manera mundana.

¿Qué es más importante? ¿Qué prefieres honestamente para toda la eternidad? ¿Prefieres estar bien pensado en esta vida, incluso si eso significa comprometer los valores y la verdad? ¿O están sus ojos fijos en la verdad y las recompensas eternas?

Reflexione hoy sobre el objetivo de acumular tesoros en el Cielo y la recompensa eterna prometida a quienes viven una vida de fidelidad. No hay nada de malo en ser bien considerado por los demás en este mundo, pero nunca debes permitir que ese deseo te domine o te disuada de mantener tus ojos en lo que es eterno. Reflexione sobre lo bien que hace esto y busque hacer de las recompensas del cielo su objetivo exclusivo.

Señor, ayúdame a buscarte a Ti y a Tu Reino por encima de todo. Que complacerte y servir a tu santísimo sea mi único deseo en la vida. Ayúdame a deshacerme de las preocupaciones malsanas de la notoriedad y la popularidad mundanas, preocupándome solo de lo que Tú piensas. Te entrego, querido Señor, todo mi ser. Jesús, en Ti confío.

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