miércoles, 19 de agosto de 2020

La gratitud conquista la envidia


CDR de correo electrónico de encabezado de Pascua

Reflexiones diarias católicas
Mi vida católica!


La gratitud conquista la envidia
19 de agosto de 2020
Miércoles de la vigésima semana del tiempo ordinario
Lecturas de hoy

San Juan Eudes, sacerdote — Memorial opcional



"¿Tienes envidia porque soy generoso?" Mateo 20: 15b

Esta línea proviene de la parábola del terrateniente que contrataba trabajadores en cinco momentos diferentes durante el día. Los primeros fueron contratados en la madrugada, los segundos a las 9 am, los otros al mediodía, a las 3 pm ya las 5 pm Los contratados en la madrugada trabajaron alrededor de doce horas y los contratados a las 5 pm trabajaron sólo una hora. El "problema" era que el propietario pagaba a todos los trabajadores la misma cantidad que si todos trabajaran una jornada completa de doce horas.

Al principio, esta experiencia tentaría a cualquiera a envidiar. La envidia es una especie de tristeza o enojo por la buena fortuna de los demás. Quizás todos podamos entender la envidia de quienes dedican un día completo. Trabajaron durante las doce horas completas y recibieron su salario completo. Pero tenían envidia porque los que trabajaban solo una hora eran tratados por el terrateniente con mucha generosidad recibiendo el salario de un día completo.

Trate de meterse en esta parábola y reflexione sobre cómo experimentaría esta acción generosa del terrateniente hacia los demás. ¿Vería su generosidad y se regocijaría por aquellos tratados tan bien? ¿Estaría agradecido por ellos porque recibieron este regalo especial? ¿O también te sentirías envidioso y molesto? Honestamente, la mayoría de nosotros lucharía con la envidia en esta situación.

Pero esa comprensión es una gracia. Es una gracia tomar conciencia de ese horrible pecado de envidia. Incluso si no nos ponemos en la posición de actuar sobre nuestra envidia, es una gracia ver que está ahí dentro.  

Reflexione hoy sobre si ve algún rastro de envidia en su corazón. ¿Puedes regocijarte sinceramente y sentirte lleno de gratitud por el éxito de los demás? ¿Puedes estar sinceramente agradecido con Dios cuando otros son bendecidos con la generosidad inesperada e injustificada de otros? Si esto es una lucha, al menos agradece a Dios que te hayas dado cuenta de esto. La envidia es un pecado, y es un pecado que nos deja insatisfechos y tristes. Deberías estar agradecido de verlo porque ese es el primer paso para superarlo.

Señor, peco y honestamente admito que tengo algo de envidia en mi corazón. Gracias por ayudarme a ver esto y ayudarme a entregarlo ahora. Reemplácelo con una sincera gratitud por la abundante gracia y misericordia que otorga a los demás. Jesús, en Ti confío.

No hay comentarios. :

Publicar un comentario