viernes, 6 de diciembre de 2019

Santo Evangelio del Día 6 de diciembre


SAN NICOLÁS DE BARI,
Obispo y Confesor

† hacia el año 346 en Mira

Doble
(ornamentos blancos)

Abstinencia

Dejad a los niños, y no les impidáis venir a Mí;
porque de los que son como ellos es el reino de los cielos.
(Mateo 19, 14)



Epístola
Hermanos: Acordaos de vuestros prepósitos que os predicaron la Palabra de Dios. Considerad el fin de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos. No os dejéis llevar de acá para allá por doctrinas abigarradas y extrañas; mejor es corroborar el corazón con gracia y no con manjares, los cuales nunca aprovecharon a los que fueron tras ellos. Tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que dan culto en el tabernáculo. Porque los cuerpos de aquellos animales, cuya sangre es introducida por el Sumo Sacerdote en el santuario ( como sacrificio ) por el pecado, son quemados fuera del campamento. Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo con su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Salgamos, pues, a Él fuera del campamento, llevando su oprobio. Porque aquí no tenemos ciudad permanente, sino que buscamos la futura. Ofrezcamos a Dios por medio de Él un continuo sacrificio de alabanza, esto es, el fruto de los labios que bendicen su Nombre. Y del bien hacer, y de la mutua asistencia, no os olvidéis; en sacrificios tales se complace Dios. Obedeced a vuestros prepósitos y sujetaos, porque velan por vuestras almas como quienes han de dar cuenta, a fin de que lo hagan con alegría y no con pena, pues esto no os sería provechoso.
Hebreos XIII, 7-17

Evangelio
En aquel tiempo. Dijo Jesus a sus discípulos la siguiente parábola: Es como un hombre, que al hacer un viaje a otro país, llamó a sus siervos, y les encomendó sus haberes. A uno dio cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos se fue a negociar con ellos, y ganó otros cinco. Igualmente el de los dos, ganó otros dos. Mas el que había recibido uno, se fue a hacer un hoyo en la tierra, y escondió allí el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo, volvió el señor de aquellos siervos, y ajustó cuentas con ellos. Presentándose el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco, y dijo: “Señor, cinco talentos me entregaste; mira, otros cinco gane”. Díjole su señor: “¡Bien! siervo bueno y fiel; en lo poco has sido fiel, te pondré al frente de lo mucho; entra en el gozo de tu señor”. A su turno, el de los dos talentos, se presentó y dijo: “Señor, dos talentos me entregaste; mira, otros dos gané”. Díjole su señor: “¡Bien! siervo bueno y fiel; en lo poco has sido fiel, te pondré al frente de lo mucho; entra en el gozo de tu señor”.
Mateo XXV, 14-23


Catena Aurea

San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia, 9,1
Este hombre que marcha lejos, es nuestro Redentor, que subió al cielo, con aquella carne que había tomado, la cual tiene su lugar propio en la tierra, y es llevada como en peregrinación, cuando es colocada en el cielo por nuestro Redentor.


Orígenes, in Matthaeum, 33
Según la naturaleza de su divinidad no viaja, sino según la ordenación del cuerpo que tomó, pues quien dice a sus discípulos: Yo estoy con vosotros hasta la consumación del siglo ( Mt 28,20), es el unigénito de Dios, que no está circunscrito a extensión corporal. Y al decir eso no dividimos a Jesús, sino que respetamos los accidentes propios de cada naturaleza. Podemos decir que el Señor viaja con aquéllos que viven dentro de la fe sin ver su esencia, y el Señor estará con nosotros hasta que saliendo de nuestros cuerpos nos reuniremos con él. Es de advertir que el texto no dice: como el hombre viajero, así yo el Hijo del hombre; porque él mismo es quien propone la parábola del peregrino como hombre, no como Hijo de Dios.


San Jerónimo
Convocados, pues, los apóstoles, les entregó la doctrina evangélica; distribuyéndola dando a unos más y a otros menos, pero no según su generosidad o mezquindad, sino según la capacidad y fuerzas de cada uno de los que la recibían. Así como dice el Apóstol, que los que no podían digerir un alimento sólido, los alimentaba con leche. De aquí sigue: "Y a uno le dio cinco talentos y a otro", etc. En los cinco, en los dos y en uno talentos, entendemos que a cada uno fueron dadas diversas gracias.


San Hilario, in Matthaeum, 27
El siervo aquel que recibió cinco talentos es el pueblo creyente que vino de la ley, partiendo de la cual duplicó su mérito, cumpliendo la obra de la fe evangélica.
Sigue: "Igualmente el que había recibido dos talentos aumentó otros dos".


San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia, 9,2
Entonces el siervo fiel será puesto sobre lo mucho; porque libre de toda molestia de corrupción gozará en el cielo de eterno gozo. Entonces entrará en el perfecto gozo de su Señor, cuando arrebatado a aquella eterna patria, y agregado a los coros de los ángeles, se hallará poseído interiormente de un gozo, que no será interrumpido por la corrupción exterior.


San Jerónimo
¿Qué mayor premio puede darse al siervo fiel que estar y disfrutar en el gozo de su Señor?
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 78,3
Esta es la expresión de toda bienaventuranza.


San Agustín, de Trinitate, 1,8
Este será nuestro gozo pleno, que mayor no puede haberlo, gozar de Dios en la Trinidad, a cuya imagen hemos sido hechos.





Sea todo a la mayor gloria de Dios.

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