domingo, 7 de abril de 2019

"Que el que está sin pecado sea el primero en arrojarle una piedra". –Juan 8: 7




Querido JOSE D, 

En la lectura del Evangelio de esta semana, una mujer que había cometido adulterio es llevada a Jesús. La multitud la condena y espera que Jesús la castigue. En cambio, Jesús pide que aquellos entre ellos que “sin pecado sean los primeros en arrojarle una piedra”. 

Jesús vio a la mujer como Él nos ve a todos, no con juicio y condena por nuestros errores, sino con misericordia y compasión. Cuando aprendemos a negar el juicio por las faltas que vemos en los demás y buscamos lo mejor en ellas, nos ayudamos mutuamente a experimentar las profundidades del amor de Dios.

“No juzguéis, y no seréis juzgados; 
No condenes, y no serás condenado; 
perdona, y serás perdonado ”( 
Lucas 6:37)

Durante más de 100 años, CMMB ha seguido la tradición católica de ayudar a los pobres y marginados, independientemente de sus circunstancias. El desinterés y la generosidad para ministrar a los pobres y atender a los enfermos son las enseñanzas que intentamos seguir todos los días. Hemos sido bendecidos por haber trabajado con voluntarios, socios y organizaciones en áreas remotas y afectadas por la pobreza. Las religiosas han desempeñado un papel importante en nuestra misión de servicio basada en la fe, incluidas las Hijas de la Caridad, las Hermanas Maryknoll, las Hermanas de la Misericordia y las Hermanas Combonianas.

La hermana Maria Colabella, que luego se convertiría en una hermana de Maryknoll, comenzó su carrera en CMMB. Después de obtener un título de enfermería avanzada, fue a servir en Nigeria, donde pasó dos años como instructora y supervisora ​​de enfermería en el Hospital Maria Assumpta. A partir de ahí, continuaría a servir en Perú, Nicaragua y Ecuador, así como en los Estados Unidos, desarrollando capacidades y ministrando a los pobres. A lo largo de su vida, brindó atención compasiva donde más se necesitaba.


La hermana María falleció el 19 de marzo a la edad de 78 años. Dedicó su vida a cuidar de los demás sin juzgar ni prejuzgar. Hoy, les pedimos a cada uno de ustedes, los miembros compasivos de nuestra comunidad fiel, que se unan a nosotros para orar por ella. 

Dios no mira nuestras dudas con una lupa; Él no resalta nuestras faltas y nuestros pecados. Dios nos ve a cada uno de nosotros completamente; tal como Él quisiera que viéramos a los que nos rodean. Así fue como la hermana María vio a todos aquellos a quienes servía, con amor y compasión. Ella vivió el evangelio a través de su amor de Dios y dedicación a los demás. Que ella siempre descanse en paz.

En gracia y paz, 

CMMB / Vidas más sanas en todo el mundo

La reflexión de hoy fue inspirada por Loyola Press.

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