Pecador vs pecador, solo Jesús sabe sus realidades Jn 8, 1-11.
Comentario al evangelio.
Jua 8:1 Mas Jesús se fue al monte de los Olivos.
Jua 8:2 Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles.
Jua 8:3 Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio
Jua 8:4 y le dicen: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
Jua 8:5 Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?”
Jua 8:6 Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra.
Jua 8:7 Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: “Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.”
Jua 8:8 E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra.
Jua 8:9 Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio.
Jua 8:10 Incorporándose Jesús le dijo: “Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?”
Jua 8:11 Ella respondió: “Nadie, Señor.” Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.”
Para comentar este hermoso pasaje, lo vamos a dividir en tres partes: 1) Las enseñanzas de Jesús; 2) La trampa pecadora y 3) la invitación al pecador de salvación.
1.- Las enseñanzas de Jesús.
En nuestro cristianismo Jesús es el centro del comportamiento moral, ético, social, religioso, político, etc. Su enseñanza nos orienta perfectamente domingo tras domingo de perdida, pues si queremos más, podemos sumergirnos en su palabra y adelantar en lo conductual y en el papel que desempeña un cristiano en la sociedad.
El evangelio recoge lo que comentamos: Jn 8:2 Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. Desde pequeños Jesús nos enseña, la Iglesia nos trasmite el depósito de fe que él nos ha dejado. Quizá el “coco” nuestro, sea ver como realidad su enseñanza y no algo de hace 2000 años, así como las matemáticas, la química, la física, biología, tienen sus raíces desde muchos siglos atrás y no decimos que las matemáticas son algo obsoleto, del mismo, la enseñanza de Jesús, tiene su raíz desde siempre.
2.- La trampa pecadora.
Los fariseos y los escribas, son personajes que en el pueblo judío tenían el papel de enseñar y orientar al pueblo sobre la ley de Dios y su forma de actuar, estos se podrían llamar deduciendo sus acciones en la actualidad: “pecadores mayores” desde nuestro punto de vista, pues están conscientes de la violación a la ley, de congregarse para urdir toda una maraña de trampas, de mentir y tramar escenas inventadas y más aún de planear la muerte de un hombre. Estos pecadores mayores están vs los pecadores menores, parecen los vigías personales del pueblo, buscando encontrar el mínimo pecado o rompimiento a la ley. Se podría decir que los pecadores menores son los conejillos de india para corregirse.
En este caso los pecadores mayores van sobre una pecadora menor y decimos menor, porque estos pecadores mayores eran capaces de “votar” a su mujer a la hora que ellos quisieran buscando la menor falla, estos pecadores mayores acomodaban la ley a su antojo y ahora según muy inteligentes ponen una trampa pecadora a Jesús poniéndole a una pecadora menor: Jn 8:4 y le dicen: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Se le llama adulterio cuando una mujer o un hombre casado tiene relaciones sexuales con alguien que no es su esposa. Los pecadores mayores usan a está pecadora menor para hacer caer a Jesús y usan la ley de Moisés para cerrar la trampa pecadora: Jn 8:5 Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?”
Cierto, en el Deuteronomio quedó escrito: Dt 22:22 Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morirán los dos: el hombre que se acostó con la mujer y también la mujer. Así harás desaparecer de Israel el mal. Aquí tenemos un problema: ¿dónde está el hombre para que haya adulterio?, ¿o su palabra basta para aceptar el hecho?, otra grave situación: es que hayan violado sus derechos exhibiéndola como pecadora mayor cuando no hay pruebas, tal vez era adultera, pero el hombre, seguro era un personaje importante pues nunca fue exhibido y estos personajes ya lo sabían e incluso tal vez estaba entre ellos listos para borrar su pecado con la muerte de la pecadora menor, los pecadores mayores creen que Jesús va a ser sorprendido y puede ser les diga: “cumplan la ley de Moisés”, o lo van acusar de enseñar al pueblo a violar la ley romana, ya que Roma prohibió la lapidación.
3.- La invitación al pecador de salvación.
Jesús solo pone a los pecadores mayores que traen piedras en mano vs la pecadora menor que yacía en el suelo y que su destino dependía del juicio de Jesús y solo dice: Jn 8:7 Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: “Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.”
Al fin despertaron los según hombres justos y pulcros de consciencia: Jn 8:9 Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. Todos somos pecadores es una realidad que no podemos eludir, no hay pecadores mayores ni menores: “simplemente pecadores”, sin embargo, la misericordia de Dios no solapa al pecador, al contrario lo quiere hacer salir de su ecado antes de que muera por esa razón Jesús le pregunta: Jn 8:10 Incorporándose Jesús le dijo: “Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?”, le hace ver que se ha salvado de morir, pero de seguir con su mismo plan de pecadora puede ser que tarde o temprano ese pecado la lleve a la muerte por esa razón Jesús le indica el camino recto: Jn 8:11 Ella respondió: “Nadie, Señor.” Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.”
Conclusiones:
Tenemos la garantía de Jesús de que aun siendo pecadores tenemos salvación esa es nuestra realidad. No podemos ponernos como jueces juzgando a los demás cuando nosotros tenemos pecados que nos condenan inmediatamente por inhumanos, violar la ley del amor creyendo que nuestros pecados son menores no es un delito menor. A través de esta mujer, Jesús nos hace ver que antes de denunciar a un pecador, debemos ser personas fiables y aun llegando a ser fiable ante Dios, no podemos tomar el lugar de Dios para juzgar, antes bien dar testimonio a los hermanos de la misericordia de Dios poniéndonos en primera persona como pecadores y hacer patente el perdón de Dios que nos da.
Los mandamientos están vigentes: no levantarás falso testimonio contra tú prójimo, no cometerás adulterio, no matarás, no tentaras a Dios, honrar al padre y a la madre, no codiciaras la mujer de tú prójimo, estos son mandamientos expuestos que se iban a violar con la mano en la cintura en este relato, pero también es una realidad que con la mano en la cintura nosotros violamos los mandamientos, por eso Jesús hoy nos dice: no ponerse pecador vs pecador, más es edificante hacer lo que Jesús señala: Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.”
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