Virgen María, Madre buena y generosa,
Madre fuerte y compasiva,
acudo a ti animado y optimista
pues tanta es mi confianza y seguridad en Ti
que siento en mi interior tu presencia,
y creo firmemente que Tú eres quien me asistirá
y me favorecerá en mis angustiosos problemas,
pues tu Corazón vela por nosotros los hombres
y en él brilla el amor y la misericordia.
Madre fuerte y compasiva,
acudo a ti animado y optimista
pues tanta es mi confianza y seguridad en Ti
que siento en mi interior tu presencia,
y creo firmemente que Tú eres quien me asistirá
y me favorecerá en mis angustiosos problemas,
pues tu Corazón vela por nosotros los hombres
y en él brilla el amor y la misericordia.
Madre, me acojo a tu Inmaculado Corazón,
Corazón lleno de gracia y preservado de todo pecado,
que late acorde con el Sagrado Corazón de Jesús,
tu muy amado Hijo y nuestro hermano y Señor,
y que está dispuesto a proporcionarnos siempre
aquello que nos hace falta
y por nosotros mismos no podemos obtener.
Corazón lleno de gracia y preservado de todo pecado,
que late acorde con el Sagrado Corazón de Jesús,
tu muy amado Hijo y nuestro hermano y Señor,
y que está dispuesto a proporcionarnos siempre
aquello que nos hace falta
y por nosotros mismos no podemos obtener.
Oh Virgen piadosísima, lumbre del Cielo,
lazo de unión con Jesucristo,
Reina de los Ángeles, Serafines y Querubines,
que tienes un Corazón tan bueno, grande y hermoso,
que nunca se apaga ni agota
y está pleno de amor por nosotros;
Tu que eres la esperanza de los desesperados,
la confianza del agobiado por los problemas,
y la seguridad del que pasa por miserias y carencias,
haznos sentir ahora que tanto te necesitamos
la dulzura de tu Corazón maternal
y la fuerza de vuestra poderosísima mediación,
pues Tu, buena Señora,
que amas tanto a Dios y nos amas a nosotros
y en gran manera te compadeces de nuestras miserias,
no dejarás que sigamos padeciendo mas,
alivia nuestras cargas y dificultades
y haz que obtengamos de la clemencia de Dios
esto que nos es tan preciso
para llenar nuestras vidas de tranquilidad:
lazo de unión con Jesucristo,
Reina de los Ángeles, Serafines y Querubines,
que tienes un Corazón tan bueno, grande y hermoso,
que nunca se apaga ni agota
y está pleno de amor por nosotros;
Tu que eres la esperanza de los desesperados,
la confianza del agobiado por los problemas,
y la seguridad del que pasa por miserias y carencias,
haznos sentir ahora que tanto te necesitamos
la dulzura de tu Corazón maternal
y la fuerza de vuestra poderosísima mediación,
pues Tu, buena Señora,
que amas tanto a Dios y nos amas a nosotros
y en gran manera te compadeces de nuestras miserias,
no dejarás que sigamos padeciendo mas,
alivia nuestras cargas y dificultades
y haz que obtengamos de la clemencia de Dios
esto que nos es tan preciso
para llenar nuestras vidas de tranquilidad:
(decir con inmensa fe lo que se desea conseguir).
Oh mi buena Señora, mi dulce Soberana,
no permitas que mis pedidos queden en el olvido,
que tu Corazón me reciba y ampare,
y que ese Corazón afable, amabilísimo,
ese Corazón rebosante de bondad
que es objeto de las complacencias de Dios
y digno de la veneración y ternura de los hombres,
sea el que hable por mi para que se escuche mi voz
cuando estés de pie ante el Señor.
no permitas que mis pedidos queden en el olvido,
que tu Corazón me reciba y ampare,
y que ese Corazón afable, amabilísimo,
ese Corazón rebosante de bondad
que es objeto de las complacencias de Dios
y digno de la veneración y ternura de los hombres,
sea el que hable por mi para que se escuche mi voz
cuando estés de pie ante el Señor.
Corazón Puro e Inmaculado de María,
ruega por nosotros, pide por nosotros,
oh mi buena Señora y Madre
poderosa y benigna abogada nuestra,
concédenos la salud del cuerpo y la pureza del alma,
protege a nuestras familias y amistades
y haz que te amemos cada día más y más
para que, llegado el momento,
junto a Ti alabemos a tu Hijo en la Gloria.
ruega por nosotros, pide por nosotros,
oh mi buena Señora y Madre
poderosa y benigna abogada nuestra,
concédenos la salud del cuerpo y la pureza del alma,
protege a nuestras familias y amistades
y haz que te amemos cada día más y más
para que, llegado el momento,
junto a Ti alabemos a tu Hijo en la Gloria.
Amen.
Rezar la Salve, Padrenuestro y Gloria.
la oración con los rezos se hacen tres días seguidos
la oración con los rezos se hacen tres días seguidos
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