jueves, 9 de septiembre de 2021

Reflexión 252: El Apostolado de la Misericordia y la Aceptación

 



Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia

365 días con santa Faustina

Reflexión 252: El Apostolado de la Misericordia y la Aceptación

Algunas personas están profundamente atribuladas en la vida y parecen no poder resolver sus dificultades. Son "necesitados" en el sentido de que buscan constantemente algo que les ofrezca consuelo. Pueden creer que lo que quieren son riquezas u otras formas de consuelo terrenal, pero lo que no se dan cuenta es que el Señor es la respuesta a todas sus necesidades. Estas almas errantes deben convertirse en el centro de nuestra misericordia. Una forma en que les ofrecemos la Misericordia de Dios es a través de nuestra gentil presencia, ofreciendo un corazón que acepta y un oído atento. Cuando las personas con cargas pesadas en la vida descubren que las cuidamos y deseamos escucharlas, a menudo aprovecharán la oportunidad para abrirnos el corazón y revelarnos sus heridas y problemas. No es tanto nuestra responsabilidad curarlos ni resolver sus problemas. Nuestra responsabilidad suele ser simplemente hacerles saber que nos preocupamos y entendemos. Este acto de amor y aceptación es un acto de Misericordia extraordinaria que fluye del Corazón de Jesús a través de nosotros (VerDiario # 1282).

Cuando te encuentras con otras personas que tienen problemas y cargas pesadas en la vida, ¿cómo las tratas? ¿Los tratas con juicio y disgusto? ¿O los escuchas, buscas entenderlos y les ofreces un corazón compasivo y comprensivo? Reflexione sobre esta pregunta y piense en aquellos a quienes Dios ha puesto en su vida que necesitan conocer el amor y la aceptación de Dios a través de usted. No descuides este acto porque estás llamado a ser apóstol de la Misericordia de Dios.

Señor, me ofrezco a Ti como apóstol de Tu Corazón misericordioso. Dame una verdadera compasión y aceptación por aquellas almas más necesitadas de Tu Divina Misericordia. Ayúdame a escucharlos, buscar comprenderlos y estar ahí para ellos como representante de Tu Sagrado Corazón. Me entrego a Ti, querido Señor. Úsame como quieras. Jesús, en Ti confío.



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