domingo, 5 de septiembre de 2021

Palabra de Dios diaria. P. Francisco J. Rebollo Leòn LECTURAS DEL DOMINGO XXIII DEL T. ORDINARIO 5 DE SEPTIEMBRE (VERDE) Al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y empezó a hablar sin dificultad.

 





ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 36.18-19

Concede, Señor, la paz a quienes en ti esperan; escucha las oraciones de tus hijos y guíanos por el camino de la justicia.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que revelaste que han de ser llamados hijos tuyos quienes promueven la paz, concédenos trabajar incansablemente por establecer la justicia, que es la única que garantiza una paz firme y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo …

O bien:

Señor Dios, que cuidas de todos con amor paterno, concede, benigno, que los hombres, a quienes diste un mismo origen, no sólo formen en la paz una sola familia, sino también vivan unidos con espíritu fraterno. Por nuestro Señor Jesucristo …


LITURGIA DE LA PALABRA

Yo he llegado a ser ministro de la Iglesia, para anunciar el designio secreto que Dios ha mantenido oculto desde siglos.

De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 1, 24-2, 3

Hermanos: Ahora me alegro de sufrir por ustedes, porque así completo lo que falta a la pasión de Cristo en mí, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia.


Por disposición de Dios, yo he sido constituido ministro de esta Iglesia para predicarles por entero su mensaje, o sea el designio secreto que Dios ha mantenido oculto desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a su pueblo santo.

Dios ha querido dar a conocer a los suyos la gloria y riqueza que este designio encierra para los paganos, es decir, que Cristo vive en ustedes y es la esperanza de la gloria; ese mismo Cristo, que nosotros predicamos, cuando corregimos a los hombres y los instruimos con todos los recursos de la sabiduría, a fin de que todos sean cristianos perfectos. Por eso precisamente me empeño y lucho con la fuerza de Cristo, que actúa poderosamente en mí.

Quiero que sepan cuántos esfuerzos estoy haciendo por ustedes, por los de Laodicea y por todos los que no me conocen personalmente. Se lo digo a ustedes para que todos se animen, y unidos íntimamente en el amor, puedan alcanzar en toda su riqueza el conocimiento pleno y perfecto del designio secreto de Dios, que es Cristo, en el cual están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.



Del salmo 61

R/. Dios es nuestra salvación y nuestra gloria.

Sólo Dios es mi esperanza, mi confianza es el Señor: es mi baluarte y firmeza, es mi Dios y salvador. R/.

De Dios viene mi salvación y mi gloria; Él es mi roca firme y mi refugio. Confía siempre en Él, pueblo mío, y desahoga tu corazón en su presencia, porque sólo en Dios está nuestro refugio. R/.




ACLAMACIÓN Jn 10, 27






R/. Aleluya, aleluya.



Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor, yo las conozco y ellas me siguen. R/.


Estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado.

Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 6-11



Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y fariseos estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado y tener así de qué acusarlo.


Pero Jesús, conociendo sus intenciones, le dijo al hombre de la mano paralizada: "Levántate y ponte ahí en medio". El hombre se levantó y se puso en medio. Entonces Jesús les dijo: "Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o acabar con ella?" Y después de recorrer con la vista a todos los presentes, le dijo al hombre: "Extiende la mano". Él la extendió y quedó curado.

Los escribas y fariseos se pusieron furiosos y discutían entre sí lo que le iban a hacer a Jesús.

Palabra del Señor. 

Gloria a ti, Señor Jesús.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que el sacrificio de la salvación de tu Hijo, Rey de la paz, ofrecido bajo estos signos sacramentales con los que se simbolizan la paz y la unidad, sirvan para estrechar la concordia entre todos tus hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 9

Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.

O bien: Jn 14, 27

La paz les dejo, mi paz les doy, dice el Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concédenos, Señor, en abundancia, el espíritu de caridad, para que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Unigénito, fomentemos con eficacia entre todos la paz que él mismo nos dejó. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

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