lunes, 13 de septiembre de 2021

Joven, yo te lo mando: Levántate

 

Joven, yo te lo mando: Levántate

Martes 14 de septiembre

¡Paz y Bien!

Evangelio

Lucas 7, 11-17

En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre.

Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: "No llores". Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo: "Joven, yo te lo mando: Levántate". Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre.

Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo: "Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo".

La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas.

Palabra del Señor

Reflexión

Una de las actitudes que más le gusta destacar a san Lucas es la misericordia de Jesús. Quizás porque él viene de una cultura pagana en donde los dioses son crueles, san Lucas presenta en cada oportunidad la ternura y la compasión de Dios en Jesucristo.

Nuestro Dios es el Dios de la misericordia, es el Dios que se conmueve ante nuestras miserias y penalidades, por ello es el Dios de los pobres, de los necesitados, de los miserables. En medio de un mundo donde la mayoría de nosotros somos un "número", qué importante es re-humanizarnos y tener la capacidad de ver que, muy posiblemente a nuestro alrededor, hay alguien que necesita ayuda, que necesita de nuestra compasión.

¡Feliz Martes!

FR. Arturo Ríos Lara, ofm

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