miércoles, 19 de junio de 2024

EUCARISTÍA E IGLESIA Benedicto XVI, Exhortación «Sacramentum caritatis», nn. 14-15 - HE DESEADO ENORMEMENTE COMER ESTA COMIDA PASCUAL De los sermones de san Juan Crisóstomo

 




HE DESEADO ENORMEMENTE
COMER ESTA COMIDA PASCUAL
De los sermones de san Juan Crisóstomo

Durante la cena, Jesús cogió el pan y lo partió. ¿Por qué instituyó este misterio durante la Pascua? Para que deduzcas de todos sus actos que él fue el legislador del antiguo Testamento, y que todas las cosas que en él se contienen fueron esbozadas con vistas a la nueva alianza. Por eso, donde estaba la figura, Cristo entronizó la verdad. La tarde era el símbolo de la plenitud de los tiempos, e indicaba que las cosas estaban tocando ya su fin. Pronunció la bendición, enseñándonos cómo hemos de celebrar nosotros este misterio, mostrando que no va forzado a la pasión y preparándonos a nosotros para que todo cuanto suframos lo sepamos soportar con hacimiento de gracias, y sacando del sufrimiento un refuerzo de la esperanza.

Pues si ya el tipo o la figura fue capaz de liberar de una tan grande esclavitud, con más razón liberará la verdad a la redondez de la tierra y redundará en beneficio de nuestra raza. Por eso Cristo no instituyó antes este misterio, sino tan sólo en el momento en que estaban para cesar las prescripciones legales. Abolió la más importante de las solemnidades judaicas, convocando a los judíos en torno a otra mesa mucho más santa, y dijo: Tomad y comed: esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.

Y ¿cómo no se turbaron al oír esto? Porque ya antes Cristo les había dicho muchas y grandes cosas de este misterio. Por eso ahora no se extiende en explicaciones, pues ya habían oído bastante sobre esta materia. En cambio, sí que les dice cuál es la causa de la pasión: el perdón de los pecados. Llama a su sangre «sangre de la nueva alianza», es decir, de la promesa y de la nueva ley. En efecto, esto es lo que ya antiguamente había prometido y lo confirma la nueva alianza. Y así como la antigua alianza ofreció ovejas y novillos, la nueva ofrece la sangre del Señor. Insinúa además en este pasaje que él tenía que morir: por eso hace alusión al testamento y menciona asimismo el antiguo: de ahí que tampoco faltase sangre en la inauguración de la primera alianza. Nuevamente declara la causa de su muerte: Que será derramada por muchos para el perdón de los pecados. Y añade: Haced esto en conmemoración mía.

¿No os dais cuenta cómo retrae y aparta a sus discípulos de los ritos judaicos? Que es como si dijera: Vosotros celebrabais aquella cena en conmemoración de los prodigios obrados en Egipto; celebrad la nueva cena en conmemoración mía. Aquella sangre fue derramada para salvar a los primogénitos; ésta, para el perdón de los pecados de todo el mundo. Esta es mi sangre -dice- que será derramada para el perdón de los pecados. Dijo esto, sin duda, tanto para demostrar que la pasión y la muerte son un misterio, como para, de esta forma, consolar nuevamente a sus discípulos. Y así como Moisés dijo: Es ley perpetua para vosotros, así dijo también él: En conmemoración mía, hasta que vuelva. Por eso afirma: He deseado enormemente comer esta comida pascual; es decir, he deseado haceros entrega de esta nueva realidad, daros una pascua con la cual os convertiré en hombres espirituales.

Y él mismo bebió también de él. Para evitar que al oír estas palabras replicasen: ¿Cómo? ¿Vamos a beber sangre y a comer carne?, y se escandalizaran -pues hablando en otra ocasión de este tema, muchos se escandalizaron de sus palabras-; pues bien, para que no tuvieran motivo de escándalo, él es el primero en dar ejemplo, induciéndolos a participar en estos misterios con ánimo tranquilo. Por esta razón, él mismo bebió su sangre.

No hay comentarios. :

Publicar un comentario