Le ungió a Jesús los pies con él
Lunes 29 de marzo
¡Paz y Bien!
Evangelio
Juan 12, 1-11
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó entonces una libra de perfume de nardo auténtico, muy costoso, le ungió a Jesús los pies con él y se los enjugó con su cabellera, y la casa se llenó con la fragancia del perfume.
Entonces Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que iba a entregar a Jesús, exclamó: «¿Por qué no se ha vendido ese perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?» Esto lo dijo, no porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa, robaba lo que echaban en ella.
Entonces dijo Jesús: «Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tendrán siempre con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán».
Mientras tanto, la multitud de judíos, que se enteró de que Jesús estaba allí, acudió, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien el Señor había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes deliberaban para matar a Lázaro, porque a causa de él, muchos judíos se separaban y creían en Jesús.
Palabra del Señor
Reflexión
María, la hermana de Lázaro, en el pasaje que hemos leído, busca manifestarle a Jesús su amor, dándole lo mejor que tiene, lo más precioso, lo más caro; no escatima nada cuando se trata del Señor.
En estos días santos debemos aprender de María, a darle a Jesús lo mejor, no sólo de nuestras cosas físicas sino de nuestro tiempo. No dejemos que nuestras preocupaciones diarias nos lleven a no darle importancia a esta semana tan importante en la que recordamos y volvemos a vivir, con toda la comunidad cristiana, los misterios de nuestra redención.
Es importante trabajar o descansar, pero hay que hacerlo como lo hacía la familia de Lázaro: "Con el Señor". Como la familia de Lázaro, invitemos a Jesús a nuestro descanso y labores. Que Él sea el huésped de honor de nuestras vidas, démosle su lugar y aún más, lo mejor de nosotros. Manifestemos también en nuestro descanso que somos amigos y seguidores de Jesús.
¡Feliz Lunes!
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