Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!
¡Malvado siervo!
13 de agosto de 2020
Jueves de la Decimonovena Semana del Tiempo Ordinario
Lecturas de Hoy
Santos Ponciano, Papa e Hipólito, Sacerdote, Mártires — Memorial opcional
“'¡Siervo malvado! Te perdoné toda tu deuda porque me lo rogaste. ¿No debiste tener piedad de tu compañero como yo me compadecí de ti? Luego, enojado, su maestro lo entregó a los torturadores hasta que pagara toda la deuda. Así hará mi Padre celestial con ustedes, a menos que cada uno de ustedes perdone a su hermano de corazón ”. Mateo 18: 32-35
¡Eso definitivamente NO es lo que quieres que Jesús te diga y te haga! Cuán aterrador es oírle decir: "¡Siervo malvado!" Y luego que Él te entregue a los torturadores hasta que pagues todo lo que debes por tus pecados.
Bueno, la buena noticia es que Jesús anhela profundamente evitar una confrontación tan terrible. No desea que ninguno de nosotros rinda cuentas por la fealdad de nuestros pecados. Su ardiente deseo es perdonarnos, derramar misericordia y borrar la deuda.
El peligro es que hay al menos una cosa que le impedirá ofrecernos este acto de misericordia. Es nuestra obstinación por no perdonar a quienes nos han hecho daño. Este es un requisito serio de Dios sobre nosotros y uno que no debemos tomar a la ligera. Jesús contó esta historia por una razón y la razón fue que lo decía en serio. A menudo podemos pensar en Jesús como una persona muy pasiva y gentil que siempre sonreirá y mirará hacia otro lado cuando pecamos. ¡Pero no olvide esta parábola! No olvide que Jesús se toma en serio la negativa obstinada a ofrecer misericordia y perdón a los demás.
¿Por qué es tan firme en este requisito? Porque no puedes recibir lo que no estás dispuesto a regalar. Quizás eso no tenga sentido al principio, pero es un hecho muy real de la vida espiritual. Si quieres misericordia, debes dar misericordia. Si quieres perdón, debes ofrecerlo. Pero si desea un juicio severo y una condena, entonces continúe y ofrezca un juicio severo y una condena. Jesús responderá a ese acto con amabilidad y severidad.
Reflexione hoy sobre esas palabras poderosamente penetrantes de Jesús. "¡Tu siervo malvado!" Aunque pueden no ser las palabras más “inspiradoras” sobre las que reflexionar, pueden ser algunas de las palabras más útiles para reflexionar. Todos necesitamos escucharlos a veces porque necesitamos estar convencidos de la seriedad de nuestra obstinación, juicio y dureza hacia los demás. Si esa es tu lucha, arrepiéntete hoy de esta tendencia y deja que Jesús levante esa pesada carga.
Señor, me arrepiento de la terquedad de mi corazón. Me arrepiento de mi dureza y mi falta de perdón. En tu compasión, perdóname y llena mi corazón con tu misericordia para con los demás. Jesús, en Ti confío.
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