SÁBADO DE LA CUARTA SEMANA DE CUARESMA
NO EXISTIÓ OTRO MODO MÁS CONVENIENTE QUE LA PASIÓN DE CRISTO PARA LIBRAR AL GÉNERO HUMANO
Algún modo es tanto más conveniente para conseguir un fin, cuanto por el mismo concurren mayor número de cosas que son ventajosas para ese fin. Mas por el hecho de haber sido liberado el hombre por la Pasión de Cristo, concurren muchas cosas pertenecientes a la salvación del hombre, además de la liberación del pecado.
1º) Porque por esto conoce el hombre cuánto le ama Dios, y por ello es excitado a amar a aquél en el que consiste la perfección de la salvación humana; por lo cual dice el Apóstol: Dios hace brillar su caridad en nosotros; porque aun cuando éramos pecadores, en su tiempo murió Cristo por nosotros (Rom 5, 8).
2º) Porque por esto nos dio ejemplo de obediencia, humildad, constancia, justicia y demás virtudes, manifestadas en la Pasión de Cristo, las cuales son necesarias para la salvación humana. Por eso se dice: Cristo padeció también por nosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas (I Ped 2, 21).
3º) Cristo, por medio de su Pasión, no sólo libró al hombre del pecado, sino también le mereció la gracia justificante y la gloria de la bienaventuranza.
4º) Por esto impuso en el hombre mayor necesidad de conservarse libre del pecado, al pensar que ha sido redimido del pecado por la sangre de Cristo, como dice el Apóstol: Comprados fuisteis por grande precio.
Glorificad a Dios, y llevadle en vuestro cuerpo (I Cor 6, 20).
5º) Porque esto redundó en mayor dignidad de Cristo, de modo que, así como el hombre había sido vencido y engañado por el diablo, así también fuese el hombre quien venciese al diablo; y así como el hombre mereció la muerte, del mismo modo el hombre venciese a la muerte muriendo. Por eso se dice: Gracias a Dios, que nos dio la victoria por nuestro Señor Jesucristo (Cor 15, 57).
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