domingo, 7 de abril de 2019

Hoy es el día.


Hagamos de cuenta que nos han avisado que hoy es el día de nuestra muerte, que dentro de unas horas tendremos que partir hacia la eternidad. ¿Qué haríamos en tal caso? ¿Nos iríamos urgente a confesar nuestros pecados con un sacerdote? ¿Trataríamos de hacer alguna cosa que no hemos podido realizar? ¿Algún perdón que otorgar, algún perdón que pedir? ¿Y qué cosas nos hubiera gustado hacer por Dios y por la salvación de las almas? Pensemos que ya nos queda una hora para morir, ¿qué nos gustaría haber sido en la vida? ¿Qué nos hubiera gustado hacer, y qué no? 
¡Cuántos remordimientos por haber malgastado tanto tiempo inútilmente! ¡Cuántos pecados –también de omisión- que se nos presentarán a la memoria! Pero ¡ya no hay tiempo! Ha llegado la hora de la verdad, nos tenemos que presentar así como estamos ante la majestad de Dios. 
Meditemos un poco y pongámonos en ese trance de que ya nos llega la hora de morir. Imaginémoslo y situémonos en ese momento, en ese tiempo. ¿Qué nos hubiera gustado hacer en la vida que tuvimos a nuestra disposición?... 
Pero, de pronto, nos llega la noticia de que no es hoy el día de nuestra muerte, que tenemos tiempo todavía, que Dios nos ha alargado la vida por un tiempo más, que no ha llegado el fin para nosotros aún. 

¡Qué alegría! ¡Tenemos tiempo aún de hacer aquello que no habíamos podido realizar! Tenemos modo y ocasión para ser buenos, para hacer el bien, para arreglar nuestras cuentas con Dios y con los hermanos. 
¡Bendito sea Dios que nos ha llevado a esta meditación del momento próximo a nuestra muerte, para hacernos entrar en nosotros, para hacernos reaccionar y poner las cosas en su lugar, y ocuparnos y preocuparnos por lo único importante: salvar nuestra alma! 
Gracias, Señor, porque tenemos todavía más tiempo de vida, que no sabemos cuánto será, pero nos basta para tratar de aprovecharla de la mejor manera, sirviéndote a Ti y al prójimo, para que cuando sí llegue el día y la hora de nuestra muerte, no nos encontremos con las manos vacías de buenas obras y lejos de Ti, sino muy cerca de ti y repletos de méritos.

Santísima Virgen. 
¡Gracias por difundir este mensaje!

No hay comentarios. :

Publicar un comentario