Papa Francisco: la Gran Guerra llevó a la matanza inútil de vidas inocentes y el mundo debe aprender de sus errores para evitar repetirlos
"La brutalidad de la Primera Guerra Mundial es una lección que el mundo aún tiene que aprender", así lo dijo el Papa Francisco después de rezar el Ángelus con peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
En las primeras horas de la tarde, las campanas de la Basílica de San Pedro sonaron solemnemente junto con las campanas de las iglesias de todo el mundo para conmemorar el final de una de las guerras más sangrientas del siglo XX.
La primera guerra mundial, que comenzó el 28 de julio de 1914 y duró hasta la firma del armisticio el 11 de noviembre de 1918, provocó un estimado de 40 millones de bajas.
Rechazar la cultura de la guerra.
La Primera Guerra Mundial es un capítulo en la historia que sirve como una advertencia grave y un llamado a los líderes mundiales a rechazar la cultura de guerra y buscar todos los medios legítimos para poner fin a los conflictos que aún manchan de sangre a muchas regiones del mundo.
Parece que no aprendemos. Mientras oramos por todas las víctimas de esa inmensa tragedia, decimos enérgicamente:
"¡Invirtamos en la paz, no en la guerra!"
Al recordar las palabras del Papa Benedicto XV, el Papa Francisco dijo que la Gran Guerra (primera guerra mundial) llevó a la matanza inútil de vidas inocentes y que el mundo debe aprender de sus errores para evitar repetirlos.
Construir la paz como San Martín de Tours.
El mundo debería aprender del signo emblemático de San Martín de Tours, quien, según la leyenda, se rasgó la capa para compartir con un mendigo y descubrir en un sueño que el hombre pobre era Cristo.
San Martín de Tours, se corta el manto en dos para compartirlo con un hombre pobre. Que este gesto de solidaridad humana muestre a todos el camino para construir la paz.
Conmemorando el Día del Armisticio
Los líderes mundiales y dignatarios se reunieron en París cerca del famoso Arco de Triunfo para conmemorar el Día del Armisticio.
El cardenal Pietro Parolin, secretario de estado del Vaticano, fue uno de los funcionarios que procesaron solemnemente hacia la Tumba del Soldado Desconocido, un monumento en honor a los innumerables soldados muertos cuyos restos nunca fueron identificados después de la guerra mundial
También estuvieron presentes en el evento el presidente de los EE. UU. Donald Trump y la primera dama Melania Trump, la primera ministra canadiense, Justin Trudeau, así como el presidente ruso Vladimir Putin y la canciller alemana, Angela Merkel.
En su discurso, el presidente francés Emmanuel Macron denunció al nacionalismo como una "traición al patriotismo" y se hizo eco de los sentimientos del Papa Francisco sobre el resurgimiento de viejas rivalidades y nuevas ideologías que amenazan al mundo una vez más. Al respecto, el Presidente Macrón dijo:
"Lo sé, los viejos demonios están resurgiendo, listos para terminar su trabajo de caos y muerte. Las nuevas ideologías manipulan las religiones, empujan un contagioso oscurantismo".
"A veces, la historia amenaza con retomar su trágico rumbo y amenaza nuestra herencia de paz que creíamos que habíamos resuelto definitivamente con la sangre de nuestros antepasados".
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