Consagración de la familia
al Inmaculado Corazón de María
ante la imagen del Divino Corazón de Jesús
Divino Corazón de Jesús, henos aquí postrados ante vuestra santa imagen, con los sentimientos de la más profunda gratitud por todos vuestros beneficios y del más ardiente amor por vuestra inefable bondad. Nosotros os consagramos, oh divino rey, por medio del Corazón Inmaculado de María y bajo el poderoso patrocinio de san José, toda nuestra familia. Sea nuestro hogar como el de Nazaret, el asilo inviolable del honor, de la fe, de la caridad, del trabajo, de la oración, del orden y de la paz doméstica. Sed vos el modelo de nuestra conducta y el celoso protector de nuestros intereses.
Nosotros os consagramos, oh divino Jesús, todas las pruebas, todas las alegrías, todos los acontecimientos de nuestra vida de familia, y os suplicamos que derraméis vuestras bendiciones sobre todos nuestros miembros ausentes, presentes, vivos y difuntos. Los confiamos para siempre a vuestro divino Corazón. Os rogamos también por todas las familias del universo: proteged la cuna de los niños, la escuela de los adolescentes y la vocación de los jóvenes; sed la fuerza de los débiles, el sostén de los ancianos, el esposo de las viudas y el padre de los huérfanos; velad con vuestro amor infinito la cabecera de los enfermos y de los agonizantes. Pero sobre todo, oh Jesús, océano de misericordia y de amor, os suplicamos que nos socorráis en el momento de la muerte; unidos entonces más estrechamente que nunca a vuestro divino Corazón, sea El nuestro asilo, nuestro refugio, nuestro lecho de reposo, y después de dormirnos para siempre en vuestro seno bendito, oh Jesús, encontremos en el Paraíso y en vuestro Sagrado Corazón, toda nuestra familia. Así sea.
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