13 de junio de 2020
La sencillez de la coherencia
Santo Evangelio según san Mateo 5, 33-37. Sábado X del Tiempo Ordinario
Por: José Alberto Rincón, LC | Fuente: www.somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, que viva de cara a ti, con alegría y sencillez.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 33-37
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno’.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
‘Han oído ustedes...pero yo les digo.’ ¿Qué es lo que Jesús está haciendo aquí? ¿Acaso no ha dicho que no viene a abolir la Ley, sino a darle cumplimiento? Sí, así es. Dar cumplimiento quiere decir llevar a plenitud. Y la plenitud de la Ley es el amor. Ése es el cambio que Jesús opera: del amor a la Ley, a la Ley del amor.
Por eso es que no tiene sentido jurar de ninguna manera. Quien jura, busca comprometerse poniendo como testigo a alguien más. Jurar es usar de un objeto o de una persona como garantía. Eso no es amor. El que ama, no debe preocuparse por jurar, pues se compromete, no por obligación sino con la libertad que viene precisamente de vivir en ese amor. Jurar es querer cumplir algo por deber; servir es querer cumplir a alguien por amor. ¿Vemos la diferencia?
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