lunes, 29 de junio de 2020

Reflexión 181: Santa Indiferencia


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Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina


Reflexión 181: Santa Indiferencia


¿Importa cuál es la Voluntad de Dios para ti? Eso puede sonar como una pregunta extraña al principio. Pero piénsalo. ¿Importa lo que Dios quiera de ti? ¿Y si te llamara a un trabajo constante? ¿O qué pasaría si Él te llamara a un descanso reparador? ¿O qué pasaría si Él te llenara de deleite? ¿O eliminar todo deleite de tu alma? ¿O llamarte para ser exaltado y honrado a la vista de muchos? ¿O llevarte al desierto de la soledad y el ocultamiento?

La verdad es que no importa cuál es el llamado de Dios en nuestras vidas, solo importa lo que Él llama. Debemos luchar por una santa indiferencia en nuestras vidas. Una indiferencia "santa" no es indiferencia hacia Dios y su voluntad; más bien, una santa indiferencia es un desapego a todas las preferencias con respecto a lo que el Señor nos pide. Debemos estar preparados para todo pero debemos estar dispuestos a no recibir nada. El objetivo es estar preparado para Dios y su voluntad, sea lo que sea (vea el Diario # 952).

Reflexione sobre si está o no listo y dispuesto a aceptar lo que Dios quiera de usted.  Lo que quiere no es tan importante como el hecho de que quiere. Esto puede ser una sutileza difícil de entender al principio. Pero es importante entenderlo. La simple verdad es que debemos estar preparados para cualquier cosa que Dios nos pida sin aferrarnos a nuestra preferencia personal. Si puede alcanzar este nivel de desapego, la Misericordia de Dios comenzará a fluir en abundancia en su vida y a través de usted hacia la vida de muchos otros.

Señor, te entrego a ti todas mis preferencias egoístas en la vida. Te doy total libertad para hacer lo que quieras en mi vida. No importa lo que me pidas, acepto, y no importa lo que me quites, te lo doy. Dame, querido Señor, la gracia de una santa indiferencia para que pueda ser libre de amarte a ti y a tu santa voluntad más que a la vida misma. Jesús, confío en ti.



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