jueves, 6 de diciembre de 2018

Papa Francisco: No hay crecimiento sin crisis y no hay victorias sin batallas

papa francisco de perfil muy serio mirando hacia abajo fondo claro no hay crecimiento sin crisis


Papa Francisco: No hay crecimiento sin crisis. No tengan miedo de las crisis, porque es necesaria, así como no hay victoria sin batalla  


"No hay crecimiento sin algún tipo de crisis y no hay victoria sin batalla", así lo dijo el Papa Francisco a un grupo de sacerdotes jesuitas junto a todo el personal y los estudiantes del Colegio Internacional de Gesú de Roma, fundado por el difunto padre jesuita Pedro Arrupe en 1968.

El Papa Francisco le dijo a la comunidad que ellos están llamados a fortalecer sus raíces en Dios y a crecer en el amor. En su mensaje, el Papa expresó:

No permitir que la raíz se seque.
El peor mal que nos puede pasar, es volverse complaciente, satisfecho de sí mismo y mundano en la vida espiritual, también.

La planta crece desde las raíces, las cuales tú no ves, pero ellas lo sostienen todo. Y deja de dar frutos, no cuando tiene pocas ramas, sino cuando las raíces se secan.

Tener raíces es tener un corazón que está bien entregado a Dios, permitiendo que el corazón se expanda y esté vivo.

No hay victoria sin batalla
No hay crecimiento sin crisis. No tengan miedo de las crisis, porque es necesaria, de la misma manera que no hay fruto sin poda, no hay victoria sin batalla.


Crecer y dejar tus raíces significa luchar sin descanso contra cada mundo espiritual, que es el peor mal que puede ocurrir.

Si esa mundanalidad ataca las raíces, entonces adiós a la fruta y adiós a la planta. Para mí, este es el mayor peligro en este momento: la mundanalidad espiritual que te lleva al clericalismo, etc...

Dos signos positivos de crecimiento son la obediencia y la libertad, la libertad de uno mismo y la esclavitud que el egoísmo traería.

El llamado de los jesuitas.
Los jesuitas están llamados a ofrecerse y ser uno a uno con las personas en su situación y para cuidar el mundo que Dios ama.

Los jesuitas están llamados a estar en las afueras, en situaciones delicadas y "en los desiertos de la humanidad.

Pueden encontrarse a sí mismos como un cordero entre lobos, pero no deben luchar contra los lobos, solo deben ser corderos, nunca llegar a ser como los lobos, para que Jesús, el Buen Pastor, sepa dónde está su cordero.

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