De virtudes
P. Antonio Márquez Fernández, S.D.B.
De virtudes eterna primavera,
eres de Dios el lirio amanecido
y en tu seno pusiste el tibio nido
que enalteció nuestra humanal ribera.
¡Tu almo seno, vivaz enredadera
cosida al que su Madre Te ha elegido!
¡Tan sólo para Dios era el latido
del corazón, de hervores sementera!
¡Oh, María! ¡Oh, flor de la hermosura,
crea en mi entraña el pertinaz hastío
del sucio barro y llueve en la clausura
de mis huertos el celestial rocío!
¡Tu aliento de mi bosque en la espesura
entre y lo riegue de tu gracia el río!
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