viernes, 28 de septiembre de 2018

El Dios que yo siento

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Yo siento a Dios como un Dios cálido, como unos brazos de Padre, el Dios Padre de los hombres; al Dios providente que cuida de sus hijos; al Dios que ama tanto a la humanidad que entrega a su propio Hijo para salvarla; al Dios que nos espera con los brazos abiertos, para perdonarnos o premiamos; al Dios que quiere repartir con nosotros rebanadas infinitas del pan de la felicidad. El Dios-Hijo que muere por salvarnos, el Dios-Espíritu Santo que nos consuela y nos llena de amor. Este es el Dios del Evangelio. El Dios que es amor perfecto. El Dios que es bondad pura. El Dios Creador que ha creado la humanidad por puro amor para que seamos sus hijos y formemos su familia con el fin de compartir su naturaleza.
Si Dios es amor, ha creado el amor, nos ha creado para amarlo y ha extendido su amor sobre cada ser humano, ¿cuál es mi reto, entonces? Aceptar con agradecimiento este gran amor para experimentarlo cada día en mi propia vida y llevarlo al mundo para gozo de la humanidad. ¡Manos a la obra!



¡Padre bueno, eres todopoderoso y digno de adoración, eres justo, tierno y misericordioso, eres justo y santo, y de acuerdo con la grandeza de tu santidad quiero hoy y siempre bendecirte, alabarte, adorarte, cantarte, glorificarte, bendecirte, darte gracias, ofrecerte la pequeñez de mi vida, mi corazón contrito, mi corazón humilde! ¡Te alabo, Padre, porque tu eres realmente Dios! ¡Te doy gracias, Padre, por tu amor, porque eres Señor de cielos y tierra, eres Padre de Jesús, nuestro Señor, señuelo de nuestra esperanza! ¡Te doy gracias, Padre, porque tu Hijo Jesucristo es la imagen de tu bondad, de tu ternura y de tu misericordia! ¡Te doy gracias, porque solo tu eres Santo, porque eres el Dios verdadero, el que nos da la vida, la luz, la santificación, la sabiduría interior! ¡Santo, Santo, Señor Dios del universo, gloria a Ti por los siglos de los siglos! ¡Que aprenda de Ti a hacerlo todo por amor sin egoísmos, sin avaricia, sin arrogancia y sin orgullo! ¡Ayúdame, con la fuerza de tu Espíritu, a guardar tus mandamientos y amarte a Ti, a Jesús y al prójimo, que es semejanza tuya, con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas!

Dios es amor, Eres todo lo que yo quiero, por tu amor volví a nacer. Tengo todo si a ti te tengo, era ciego y ahora puedo ver:

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