jueves, 6 de septiembre de 2018

7 actitudes que las personas felices realizan todos los días

mujer sonriendo viendo hacia el cielo manos abiertas campo


La forma más sencilla y eficaz de mejorar tu propia felicidad es aprender de las personas verdaderamente felices  


Uno de los mayores deseos del corazón humano es encontrar la felicidad verdadera y significativa. Tal vez en tu búsqueda personal hacia la felicidad, hayas considerado la idea de que se trata de una ilusión o un engaño.

Estoy convencido de que la felicidad es muy real y muy alcanzable, y no es el resultado de la suerte, de las circunstancias o incluso de los rasgos de nuestra personalidad. Cualquier persona puede encontrar la felicidad, porque es el resultado de nuestras elecciones,no de nuestras circunstancias.

La forma más sencilla y eficaz de mejorar tu propia felicidad es aprender de las personas verdaderamente felices. 

En mis experiencias e interacciones, me he dado cuenta de que las personas más felices que conozco realizan constantemente las siguientes actitudes (se pueden realizar en cualquier orden).

7 actitudes que las personas felices hacen cada día:

Si implementamos a diario estas disciplinas en nuestras propias vidas, seguramente la felicidad llegará.

1.- Anima a los demás en vez de criticarlos.
Cuando criticamos a otros, nuestra mente se programa hacia la crítica, pero cuando elegimos ser animadores, nos encontramos siendo animados en nuestro camino.

Cuando criticamos constantemente, todo el mundo pierde. Cuando animamos constantemente, todo el mundo gana.

2.- Estar en paz aunque no tengamos todo "descubierto".
Los momentos más estresantes de mi vida son cuando estoy tratando de descubrir todo lo que me espera.

Por otro lado, los momentos en los que tengo más paz, ocurren cuando recuerdo que Dios tiene todo bajo control y Él tiene todo resuelto ya.

No estoy diciendo que debemos abordar con ligereza los problemas de la vida como si siempre fuésemos impotentes para resolverlos, sino que la preocupación no logra nada y la fe logra mucho.

3.- Dar prioridad a las personas sobre las posesiones.
Las personas más felices que conozco no basan su felicidad en las posesiones ni en sus actividades.

Se han dado cuenta sabiamente que las relaciones son lo que más importa. Ellos ganan fuerza al saber que son queridos por Dios, por sus amigos y sus familias e invierten constantemente en estas relaciones.

4.- Tómate el tiempo para desconectarte y descansar.
En nuestro mundo de conectividad constante, estamos tentados a correr a un ritmo insostenible para llevar a cabo todo lo que podamos.

Las personas más felices y más sanas que conozco luchan contra este ritmo frenético de forma intencionada "desconectándose" de sus aparatos electrónicos y tomando el tiempo necesario para descansar y recargarse.

El trabajo es importante, pero también el descanso lo es. Cuando el descanso es parte de nuestras prioridades, vamos a poder recargar el cuerpo y el alma.

5.- Utiliza los conflictos para ser mejor, no para ser menor.
Todos pasamos por tiempos difíciles. No siempre podemos controlar lo que nos pasa, pero siempre podemos controlar la forma en que respondemos a lo que nos sucede.

Las personas más felices que conozco han trabajado a través de sus conflictos con la fe y la perseverancia incluso a través de sus lágrimas y su dolor. Se niegan a darse por vencidos, de esta manera el conflicto los vuelve más fuertes.

6.- Haz el bien para aquellos que no pueden pagarte.
El servicio desinteresado a los demás es contracultural en este mundo que dice: "céntrate en ti mismo" y "enfócate en tu éxito".

Sin embargo, las personas más felices que conozco son las que sirven a otros. Como seguidor de Jesús, veo este principio no sólo como un camino hacia la felicidad, sino también como un mandato de Dios.

7.- Elige ser agradecido.
La gratitud no debe ser la respuesta para tener más cosas o favores; sino que debe ser la respuesta de gratitud por lo que ya se tiene, lo que ya se recibió.

Las personas más felices que conozco eligen una "actitud de gratitud" cada día, y como resultado, se encuentran con la verdadera alegría aunque tengan poco o mucho.

No se puede poner un precio a este tipo de felicidad.

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