domingo, 12 de enero de 2025

EN LA COMUNIÓN Acción de gracias con Jesús después de la Comunión Acción de gracias después de la Comunión

 




EN LA COMUNIÓN

¡Jesús, Te amo! Ven, Divina Voluntad, en esta Comunión mía contigo; ven, porque quiero darte no solamente a mi alma, sino a todas las almas que no te reciben, en reparación de nuestros pecados y para gloria del Padre.

Acción de gracias con Jesús después de la Comunión

Aquí estás, oh Jesús, en mí: dáme tu beso y extiende tus divinos brazos para estrecharme a Tí; y ya que Tú has hallado todo en mí, díme que me amas. Que mi amor, oh Jesús, y el tuyo formen olas continuas que Te conforten, y Tú corona siempre mi alma con nuevo amor. Oh Jesús mío, tu Voluntad es mía, y yo, para poder corresponder a todo lo que has hecho por mí, sobre todo que te has dignado descender a mi corazón, te digo muchas gracias en tu Voluntad, para sí poder llenar toda la inmensidad del Cielo y de la tierra con mi “gracias, oh Jesús”. Esta palabra, “gracias”, será continuas cadenas que formarán entre Tú y yo la unión de nuestros corazones, de nuestros afectos. Oh Jesús mío, también en tu Querer te digo: “Te adoro”, para poner entorno a Tí el Cielo y la tierra, a todos en acto de adoración.

Y ahora, oh Jesús, haz que corriendo tu Vida del todo en la mia, Tú puedas hallar en mí todas las complacencias y los contentos que tu Amor pide… Has venido, oh Jesús, a mí y no te irás más, te daré vida en mi mente, en mi mirada, en mi palabra, en todo mi ser; yo seré la vestidura que Te cubrirá. En este día, Jesús, haremos todo juntos y para bien de todos nos difundiremos, ocupandonos de formar continuas cadenas de amor en torno a los corazones, para que todos te amen y nadie más te ofenda. Sea éste, oh Jesús, nuestro pacto, trabajar en torno a los corazones, para que todos se salven. En tu Querer, Jesús, nada se escapa, y yo, habiendote recibido en tu misma Voluntad, estaré en guardia, para que ningún alma se Te escape.

Acción de gracias después de la Comunión

– Jesús, te doy tu Amor, para confortarte en tus amarguras.
– Te doy tu Corazón, para confortarte por nuestras frialdades, incorrespondencias, ingratitudes y poco amor de tus criaturas.
– Te doy tus armonías, para consolar tus oídos de los gritos ensordecedores de las blasfemias.
– Te doy tu belleza, para consolarte de las fealdades de nuestras almas cuando nos enfangamos en la culpa.
– Te doy tu pureza, para consolarte de las faltas de recta intención y del fango y podredumbre que ves en tantas almas.
– Te doy tu inmensidad, para consolarte de las voluntarias estrecheces en que se meten las almas.
– Te doy tu ardor, para quemar todos los pecados y todos los corazones, para que todos te amen y ninguno vuelva a ofenderte.
– Te doy todo lo que eres Tú, para darte satisfacción infinita, amor eterno, inmenso e infinito. 



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