martes, 14 de mayo de 2024

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN DÍA 15 DE MAYO


PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

Dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí» (Jn 15,1-4).

Pensamiento franciscano:

«Nuestro Señor Jesucristo -escribe san Francisco- puso su voluntad en la voluntad del Padre, diciendo: Padre, hágase tu voluntad; no como yo quiero, sino como quieras tú. Y la voluntad del Padre fue que su Hijo bendito y glorioso, que él nos dio y que nació por nosotros, se ofreciera a sí mismo por su propia sangre como sacrificio y hostia en el ara de la cruz; no por sí mismo, por quien fueron hechas todas las cosas, sino por nuestros pecados, dejándonos ejemplo, para que sigamos sus huellas» (2CtaF 10-13).

Orar con la Iglesia:

Dirijamos nuestra oración a Cristo, la verdadera vid, al celebrar al santo labrador, Isidro, hombre fiel en todos los campos de su vida, que supo aguardar con paciencia el fruto valioso de la tierra.

-Para que nuestra vida esté escondida con Cristo en Dios, y dé fruto abundante para la Iglesia y para la sociedad.

-Para que los trabajadores del campo vean debidamente reconocido su esfuerzo y dedicación a la producción de los alimentos necesarios.

-Para que todos los cristianos sepamos ofrecer a Dios los sufrimientos e inconvenientes de nuestra profesión, en la que hemos de santificarnos.

-Para que el ejemplo de san Isidro, uniendo religiosidad y dedicación al trabajo, ayude al mundo rural a lograr un mayor desarrollo sin renunciar por ello al tesoro de la fe.

Oración: Instruidos por el testimonio de san Isidro, te pedimos, Señor, que nos ayudes a dar frutos de vida eterna en la oración y en el trabajo de cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.





 

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