jueves, 11 de octubre de 2018

Vie 12 Oct Evangelio del día Vigésimo séptima semana del Tiempo Ordinario - Año Par

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“ Dichosos los que escuchan la palabra de Dios, y la cumplen ”
Primera lectura
Lectura del primer libro de las Crónicas 15,3-4. 15-16;16,1-2:
En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los israelitas, para trasladar el arca del Señor al lugar que le habla preparado. Luego reunió a los hijos de Aarón y a los levitas. Luego los levitas se echaron los varales a los hombros y levantaron en peso el arca de Dios, tal como habla mandado Moisés por orden del Señor. David mandó a los jefes de los levitas organizar a los cantores de sus familias, para que entonasen cantos festivos acompañados de instrumentos, arpas, cítaras y platillos. Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le habla preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión a Dios y, cuando David terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor.

Salmo
Sal 26,1.3.4.5 R/. El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado
El Señor es mi luz y mi salvación, 
¿a quién temeré? 
El Señor es la defensa de mi vida, 
¿quién me hará temblar? R/.

Si un ejército acampa contra mí, 
mi corazón no tiembla; 
si me declaran la guerra, 
me siento tranquilo. R/.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré: 
habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; 
gozar de la dulzura del Señor, 
contemplando su templo. R/.


El me protegerá en su tienda el día del peligro; 
me esconderá en lo escondido de su morada, 
me alzará sobre la roca. R/.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: «Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.»
Pero él repuso: «Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.»

Reflexión del Evangelio de hoy
Se dedicaban a la oración en común con María
El libro de los Hechos de los Apóstoles presenta la mejor imagen de la comunidad cristiana de Jerusalén. Jesús ha dejado a los suyos al subir a los cielos, y éstos regresan a casa. Lo que se nos dice de tal comunidad obedece a algo más que a una operación de imagen o un relato de un grupo idealizado; sobre todo, nos desvela el fondo creyente y teológico de aquellos primeros seguidores del Maestro. Los Once son el grupo inicial al que se asocian mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús. Comunidad de hombres y mujeres, a diferencia de la sinagoga judía donde no tenían cabida las mujeres, y Lucas no silencia este significativo dato no solo para constatar el hecho, también para conocimiento y enseñanza de sus lectores. Más tarde, el texto nos traslada la actividad de esta primera comunidad de Jerusalén, pero está claro que su quehacer cuenta con la necesaria intendencia de la oración común, la docilidad del Espíritu de Jesús para ser testigos del resucitado en todos los ámbitos humanos.

Dichosos los que escuchan la palabra de Dios, y la cumplen
A buen seguro que la relación de Jesús con su madre María haría de ésta una mujer más que feliz. La escena que nos traslada el texto evangélico, no obstante, afirma que los auténticamente felices son aquellos que, en perseverancia, acogen la Palabra y se afanan en su escucha. ¿Jesús rechaza o silencia el elogio de su madre? Jesús se siente ufano por lo que su madre dice o puede decir de él; pero lo ubica en su correspondiente lugar. María es la creyente por antonomasia (¡Dichosa tú porque has creído!), porque ella fue la primera que acogió la Palabra, le dio cobijo y vida. No cabe duda que la persona de Jesús tenía un indudable atractivo, bien por la autoridad de su Palabra, bien por el encanto seductor de su mensaje y persona. Tal atractivo provocaba no poca admiración en el pueblo sencillo que, en sus palabras, captaba una buena noticia para su vida sin horizonte. Una mujer, en nuestro texto, se hace portavoz del sentir de los escuchas de Jesús. El resultado es que la acogida de la Palabra genera en nosotros un nuevo parentesco con Jesús de Nazaret que nos habilita, a su vez, en ser mensajeros de la Buena Noticia de la salvación. En este sentido, María es obligado referente de la comunidad de seguidores de Jesús. 

¿Cuida la comunidad los momentos necesarios de escucha de la Palabra, indispensables para la posterior evangelización y catequesis?

Fr. Jesús Duque O.P.

Convento de Santo Domingo de Scala-Coeli (Córdoba)

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