A Vuestros pies me postro Divino Prisionero.
Pedirte gracias quiero y darte el corazón.
Pero ante todo adoro humilde y reverente
tu Majestad presente en la Hostia de Amor.
Ahí estás, bien mío, en el Copón dorado.
Mi Dios sacramentado te adoro con amor.
Lo creo tan firmemente que, si preciso fuera,
yo mi vida te diera en prueba de este amor.
Amarte yo quisiera, encanto de mi vida,
amarte sin medida con purísimo amor.
Pues eres tan amable, tan dulce y bondadoso,
tan Sabio, tan Hermoso, ¿por qué no te he de amar?
Concédeme que pueda amarte con anhelo,
hermosura del Cielo, concédeme tu Amor.
Haz que en mi pecho arda esa llama sagrada
y en mi alma sea grabada tu imagen ¡Oh Jesús!
Que viva yo ignorada del mundo que te olvida
que pase yo mi vida sirviéndote, Señor;
que halle mis delicias al pie de tus altares
calmando mis pesares en tu presencia, Jesús.
Vivir en tu costado, contigo noche y día,
en esa abierta herida, Dulcísima Mansión.
Que allá el postrer suspiro de amor rinda mi alma
y duerma en dulce calma, embriagado de amor.
¡Viva siempre! ¡Viva mi Dios Sacramentado!
Y viva el que me ha dado su cuerpo por manjar
su vida, sea mi vida, su alma, mi alimento,
su amor, mi pensamiento, su gloria, mi mansión.
que halle mis delicias al pie
Pedirte gracias quiero y darte el corazón.
Pero ante todo adoro humilde y reverente
tu Majestad presente en la Hostia de Amor.
Ahí estás, bien mío, en el Copón dorado.
Mi Dios sacramentado te adoro con amor.
Lo creo tan firmemente que, si preciso fuera,
yo mi vida te diera en prueba de este amor.
Amarte yo quisiera, encanto de mi vida,
amarte sin medida con purísimo amor.
Pues eres tan amable, tan dulce y bondadoso,
tan Sabio, tan Hermoso, ¿por qué no te he de amar?
Concédeme que pueda amarte con anhelo,
hermosura del Cielo, concédeme tu Amor.
Haz que en mi pecho arda esa llama sagrada
y en mi alma sea grabada tu imagen ¡Oh Jesús!
Que viva yo ignorada del mundo que te olvida
que pase yo mi vida sirviéndote, Señor;
que halle mis delicias al pie de tus altares
calmando mis pesares en tu presencia, Jesús.
Vivir en tu costado, contigo noche y día,
en esa abierta herida, Dulcísima Mansión.
Que allá el postrer suspiro de amor rinda mi alma
y duerma en dulce calma, embriagado de amor.
¡Viva siempre! ¡Viva mi Dios Sacramentado!
Y viva el que me ha dado su cuerpo por manjar
su vida, sea mi vida, su alma, mi alimento,
su amor, mi pensamiento, su gloria, mi mansión.
que halle mis delicias al pie
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