En su homilía de esta mañana, Francisco señaló 3 puntos “para asegurarnos de que Jesús está en el centro de nuestra vida”:
1.- Reconocer a Jesús
“El primero es conocer a Jesús para reconocerlo”, comenzó y añadió que en su època muchos lo reconocieron pero también muchos “lo han perseguido, lo han matado”.
“¿A mí me interesa conocer a Jesús?, ¿o quizás me interesa más la telenovela o las habladurías o las ambiciones o conocer la vida de los demás?”, cuestionó a los fieles durante la homilía.
“Para conocer a Jesús existe la oración, el Espíritu Santo”. “El Espíritu Santo hace después el trabajo. Esta es la semilla. Quien hace germinar y crecer la semilla es el Espíritu Santo”, explicó.
2.- Adorar a Jesús
Francisco indicó que además de adorar al Señor, hay que darle las gracias. “La oración de adoración en silencio” y después “eliminar de nuestro corazón las otras cosas que adoramos, que nos interesan de más. No, solo Dios”. “Las otras cosas sirven si yo soy capaz de adorar solo a Dios”.
El Papa añadió que “existe una pequeña oración que hacemos, el Gloria ‘Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo’, pero muchas veces la decimos como loros”.
Entonces, “adorar con las pequeñas oraciones y el silencio ante la grandeza de Dios, adorar a Jesús y decir: ‘Tú eres el único, tú eres el principio y el con y contigo quiero permanecer toda la vida, toda la eternidad. Tú eres el único’. Y echar fuera las cosas que me impiden adorar a Jesús”.
3.- Seguir a Jesús
El último punto propuesto por el Pontífice es “seguir a Jesús”. “La vida cristiana es sencilla, es muy sencilla, pero necesitamos la gracia del Espíritu Santo para que despierte en nosotros esta querencia de conocer a Jesús, de adorar a Jesús y de seguir a Jesús. Y por esto hemos pedido al inicio de la oración colecta al Señor saber qué tenemos que hacer, tener la fuerza de hacerlo”.
Por otro lado, afirmó que “Jesucristo, que se manifiesta, se hace ver y somos invitados a conocerlo, a reconocerlo, en la vida, en tantas circunstancias de la vida, reconocer a Jesús: ‘yo conozco la vida de ese santo, de esa santa o también las apariciones de allí o de allá’. Esto está bien, lo santos son santos, ¡son grandes!”, exclamó.
“Las apariciones no son todas verdaderas ¿eh? Los santos son importantes pero el centro es Jesucristo: ¡sin Jesucristo no hay santos! Y he aquí la pregunta: ¿El centro de mi vida es Jesucristo?, ¿Cuál es mi relación con Jesucristo?”, preguntó.
Para terminar, el Papa pidió que “en la simplicidad de cada día –porque cada día para ser cristianos no son necesarias cosas extrañas, cosas difíciles, cosas superfluas, no, es sencillo– el Señor nos dé la gracia de conocer a Jesús, de adorar a Jesús y de seguir a Jesús”.
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