sábado, 12 de junio de 2021

Reflexión 163: Glorificando a Dios en tu “miseria”

 



Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina
Reflexión 163: Glorificando a Dios en tu “miseria”
¿Ves la miseria de tu propia alma? Algunos pueden sentirse ofendidos por tal pregunta. Pero si entendiéramos la Misericordia de Dios y nos diéramos cuenta de que es nuestra “miseria” lo que más le permite ser glorificado, no rehuiríamos ese pensamiento. Muchos quieren ser santos y verse a sí mismos como santos. Es fácil pensar: "Si soy bueno, Dios se complacerá". Pero lo que no nos damos cuenta es que Dios es más glorificado cuando vemos nuestra pequeñez, nuestra nada y nuestra miseria ante Él. Es entonces cuando Él puede manifestar Su gloria en la mayor medida a través de nosotros. Es cierto que tenemos una dignidad y un valor infinitos como personas como resultado de haber sido creados a la imagen de Dios y como resultado de que Dios asumió nuestra naturaleza humana. Pero en nuestras acciones, somos pecadores incapaces de hacer nada bueno. Cuando nos damos cuenta de esto, abrimos la puerta para que Dios entre y manifieste Su Misericordia. Le dejamos actuar a través de nuestra debilidad y hacer cosas gloriosas. Esta es la forma en que damos gloria a Dios (VerDiario # 836).
Cuando consideras tu santidad, ¿tiendes a pensar muy bien de ti mismo, como si hubieras hecho muchas cosas buenas para Dios? Eso es orgullo. La humildad es la virtud que te permite ver tu debilidad y completa dependencia de la Misericordia de Dios. Te permite darte cuenta de que sin Él, no puedes hacer nada. Te permite gritar con San Pablo: “Miserable de mí” (Romanos 7:24). Pero en ese grito, también percibes la Misericordia ilimitada de Dios usándote en tu debilidad y, así, te conviertes en una imagen de Su gloria.
Señor, ayúdame a ver claramente mi debilidad. Ayúdame a humillarme ante Tu grandeza y, en ese acto, a abrirme a Tu poder transformador en mi vida. Te entrego mi pequeñez, querido Señor. Manifiesta tu gloria a través de mí como deseas. Jesús, en Ti confío.




No hay comentarios. :

Publicar un comentario