viernes, 11 de junio de 2021

Reflexión 162: La luz disipa la oscuridad

 



Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina.

Reflexión 162: La luz disipa la oscuridad

La luz disipa la oscuridad. Hablando científicamente, sabemos que la luz y la oscuridad no son fuerzas opuestas; más bien, la oscuridad es la ausencia de luz. Y cuando entra la luz, la oscuridad ya no existe. Así ocurre con la Misericordia de Dios. Sin Misericordia, nuestras almas son oscuras. Caemos en la duda, la confusión, el miedo y la desesperación cuando la Misericordia está ausente. En este caso, nos quedamos en la más absoluta oscuridad donde puede reinar la inmundicia del pecado. Pero Dios desea traer la luz de Su misericordia. Cuando esto sucede, y cuando abrimos nuestras almas a este regalo, la oscuridad de la duda, la confusión, el miedo y la desesperación se desvanecen. No pueden permanecer donde reside la Luz de la Misericordia (Ver Diario # 831).

Cuando miras tu alma, ¿qué ves? ¿Hay oscuridad? ¿Ves sus efectos repugnantes? ¿Ve dudas, confusión, miedo o desesperación? ¿Ves el pecado? Si es así, el Señor desea disipar las tinieblas que engendran estas cargas y traer Su Luz misericordiosa. Reflexione sobre la parte de su alma que parece estar más necesitada de Su Misericordia. Sepa que Él quiere entrar en esa área de su vida y espera su permiso para hacerlo. Él esperará a que l
.o dejes entrar.

Señor, por favor entra en las tinieblas de mi alma. Trae los brillantes rayos de Tu Luz y disipa todo lo que no es de Ti. Ven a refrescarme y renovarme, Señor. Ayúdame a ver y conocer Tu gran amor. Deseo vivir a la Luz de Tu Misericordia, querido Señor. Jesús, en Ti confío

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