martes, 15 de junio de 2021

El "regalo" de ser perseguido 15 de junio de 2021 Martes de la undécima semana del tiempo ordinario

 



Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

El "regalo" de ser perseguido
15 de junio de 2021
Martes de la undécima semana del tiempo ordinario
Lecturas de hoy

Jesús dijo a sus discípulos: “Habéis oído que se dijo : Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo, amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, para que sean hijos de su Padre celestial, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos y justos. injusto." Mateo 5: 43–45

Jesús continúa profundizando y aclarando su llamado a su nuevo mandato de amar a los demás. El amor al que nos llama es radical, total y puede resultar muy desafiante al principio. Él nos llama a ir más allá de la comprensión de la justicia del Antiguo Testamento al ordenar que amemos a todos, incluidos los que nos persiguen. Esta llamada al amor no es una opción sino un mandato. Es un requisito para todo cristiano.

Al implementar este mandato, Jesús no solo nos da el mandato en sí, sino que también ofrece algunos consejos muy prácticos sobre cómo podemos lograr esta profundidad de amor. Dice que no solo debemos amar a nuestros enemigos, sino que debemos orar por ellos cuando nos persiguen. En primer lugar, un "enemigo" es aquel que intenta infligirnos algún tipo de daño y, en general, peca contra nosotros. La respuesta común a estas experiencias es defendernos y contraatacar. Entonces, el primer paso es rechazar cualquier tentación de ese tipo. Como dijo Jesús en el pasaje del Evangelio anterior a este, "no ofrezcas resistencia al malvado".

El pasaje del Evangelio de hoy nos lleva aún más lejos. El consejo práctico que da nuestro Señor es "orar por los que te persiguen". Este mandato no solo requiere que rechace la tentación de "vengarse" de una persona o incluso simplemente "resistir" lo que nos hace. Ahora debes orar por ellos. Orar por alguien que peca contra ti es un acto de la mayor caridad y generosidad. Y es una forma muy práctica de imitar la abundante misericordia de Dios. Por eso, rezar por tus perseguidores te transforma radicalmente interiormente y te santifica. En cierto sentido, el mal que otro te hace tiene el potencial de transformarse en un regalo que te da, porque te da la oportunidad de devolver la oración por una herida infligida. Y ese es un regalo muy real y práctico que debemos abrazar con este nuevo mandato de nuestro Señor.

Reflexiona hoy sobre aquellos por quienes este nuevo mandamiento te llama a orar. ¿De quién es el pecado que le ha causado algún daño a usted oa su familia? ¿A quién le guardas rencor? Quienquiera que se le ocurra, comprométase a orar profunda y sostenidamente por esa persona. Ore con frecuencia por ellos y continúe esa oración mientras continúe la persecución. Hacerlo transformará todos y cada uno de los intentos de malicia emitidos hacia ti en gracia para ellos y santidad para ti.

Mi Señor de abundante misericordia, Tu mandamiento de orar por aquellos que nos persiguen fue vivido primero por Ti a la perfección. Oraste por aquellos que te crucificaron mientras colgabas de la cruz. Dame la gracia que necesito no solo para perdonar, sino también para orar por aquellos que lo han hecho y continúan tratando de infligirme daño. Dame un corazón tan lleno de misericordia que cada pecado cometido contra mí se transforme en amor y en mi propia santidad de vida. Jesús, en Ti confío.





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