lunes, 2 de noviembre de 2020

Reflexión 307: Conversar con un amigo divino

 



Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 307: Conversar con un amigo divino

¿Cómo rezas? Hay muchas buenas formas de orar. Aquí hay algunas formas comunes: asistir a la Santa Misa u otra liturgia, rezar el rosario u otras coronillas, leer las Escrituras meditativamente, recitar oraciones bellamente escritas, sentarse en silencio ante nuestro Señor, postrarse ante Él especialmente en la Sagrada Eucaristía, etc. Una forma adicional de orar es tener una conversación con nuestro Señor, hablando todo lo que tengas en mente. Es cierto que Él conoce todas tus necesidades, conoce todos tus pensamientos y te conoce mucho mejor que tú mismo. Pero, a veces, le resultará una bendición conversar con Él de todos modos. Puede optar por analizar su vida, todas sus preocupaciones, todas sus preguntas y confusiones, y hablar directamente con nuestro Señor. Esta forma de oración ayuda a aclarar la vida, siempre y cuando busque escuchar mientras habla. Pero hablar de todas sus preocupaciones es un acto maravilloso y será muy útil si invita a Dios a cada parte de su vida (veaDiario # 1485-1489).

Entonces, ¿cómo rezas? Reflexione hoy sobre los diversos métodos que usa y reflexione si hay otras formas que podría agregar. Considere especialmente sentarse y conversar con nuestro Señor como lo haría con un amigo. Piense incluso en el beneficio psicológico que se obtiene al hablar todo lo que está en su corazón, expresar cada preocupación y presentar cada pregunta que tenga a Dios. Hay valor en la conversación. Puede que no tenga una comprensión perfecta de Sus respuestas, pero Dios sabe lo que necesita y, al acudir a Él con todo, puede estar seguro de que Él escuchará y responderá.

Señor, enséñame a orar. Ayúdame a saber cuánto me amas y cuánto deseas escuchar de mí acerca de cada carga de mi alma. Deseo traerlo todo a Ti, querido Señor, ponerlo a Tus pies y entregarme a Tus suaves Manos. Gracias por escuchar siempre. Jesús, en Ti confío.





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